A medida que los científicos del clima buscan formas factibles de eliminar el dióxido de carbono de nuestra atmósfera, un tipo abundante de roca llamada olivino, y el proceso de mineralización química, brindan una pista emocionante.
Parece cada vez más probable que lograr nuestros objetivos de cero neto dependa no solo de las transiciones de la industria ecológica, sino también de la movilización de métodos de captura de carbono para abordar nuestro desorden actual.
Hasta la fecha, los medios más efectivos para encerrar el carbono atmosférico implican utilizar bancos naturales como campos de algas marinas y humedales, así como reservas subterráneas y de aguas profundas.
Hay empresas que actualmente inyectan carbono en concreto y creando biodegradables competidores de poliéster de él, pero esto representa un porcentaje exiguo del gas que hemos secuestrado en general.
Si bien los métodos naturales son los más efectivos en este momento, la mayoría, sin embargo, comparte un inconveniente común (y significativo). Es decir, si dichos ecosistemas perecen por algún motivo, se liberarán grandes cantidades de carbono en una sola instancia y potencialmente causarán cambios marcados en nuestro clima. Eso no sería bueno, obviamente.
Una solución natural que no conlleva este riesgo es la mineralización química, que implica encerrar carbono dentro de formaciones rocosas sólidas. Los científicos han buscado durante mucho tiempo posibilidades para utilizar esto a gran escala.
¿Cómo funciona la mineralización de carbono?
Capaz de bloquear el carbono dañino de forma segura durante literalmente miles de años, esta reacción química ocurre constantemente a medida que las rocas se erosionan.
Cuando los tipos de rocas porosas se exponen al carbono en el aire, el gas en realidad llenará los vertidos y provocará un proceso molecular que hará que se conviertan en un mineral sólido (generalmente carbonato) a la par de la roca. El único problema es que una vez que se llenan las caries, el proceso deja de ocurrir de manera efectiva.
Debido a esto, hasta hace poco, la mineralización de carbono nunca se consideró una vía particularmente prometedora para hacer una mella considerable en las emisiones existentes. La cantidad de roca que necesitaría ser utilizada en regiones altamente contaminantes sería francamente ridícula.
Entonces, ¿por qué los científicos del clima vuelven a ser optimistas acerca de la mineralización del carbono?
En la lucha por mejorar la tecnología de captura de carbono y reducir la tasa de cambio climático, el Proyecto Vesta aprovecha el océano para absorber más dióxido de carbono del aire con el uso de la roca olivina. @ewither habla con Kelly Erhart para saber más pic.twitter.com/vts3Zhp0Y6
- Reuters Business (@ReutersBiz) 1 de diciembre de 2021