Una nueva investigación del National Trust que examina las repercusiones para los jóvenes de 16 a 25 años de estar encerrados durante la pandemia ha descubierto tanto efectos secundarios negativos como varios ejemplos de cómo este período de aislamiento afectó a los jóvenes de manera positiva.
Después del COVID-19, aquellos de nosotros que todavía luchamos por recoger los pedazos y darle sentido a todo, nos hemos visto en apuros para identificar exactamente cómo nos hemos visto afectados.
Esto se aplica particularmente a la Generación Z, que ha estado luchando contra soledad aumentada y crisis de salud mental inducida por la pandemia desde 2020, cuando el mundo tal como lo conocíamos cambió casi de la noche a la mañana.
Durante la serie de cierres ordenados por el gobierno hace cuatro años (sí, Digital XNUMXk), la aprensión se convirtió en algo común, una forma de protegernos del abrumador estado de las cosas y de la inevitabilidad de que todo lo que estábamos esperando pudiera desaparecer repentinamente sin previo aviso.
Para los jóvenes –que también enfrentan numerosos conflictos armados, el cambio climático y la crisis del costo de vida– esto significó apagando, gastar más, tiempo en el interiory Renunciar a la perspectiva de conseguir un trabajo..
Esto último, por supuesto, no es tan sorprendente dado que la Generación Z ciertamente sacó la peor parte de forma aislada, perdiéndose educación, universidad y capacitación vitales, y además ha sido testigo de primera mano de la disminución gradual del ingreso promedio y condiciones laborales en todo el mundo.
"Efectivamente les quitaron 12 meses de su juventud", dice experto intergeneracional, Dra. Eliza Filby. "Sus estudios, su acceso al mundo laboral y sus formaciones sociales se vieron perturbados".
Sin embargo, no fue hasta hace poco que la investigación Surgió un examen de las repercusiones para los jóvenes de 16 a 25 años de tener que trabajar, aprender y socializar desde casa durante períodos de un mes.