Los científicos han desviado con éxito los rayos por primera vez utilizando un potente rayo láser dirigido al cielo. Este parece ser el futuro de las nuevas estrategias de protección.
Sin recuperar el martillo de Thor, esta es probablemente la siguiente mejor forma de controlar el feroz fenómeno del rayo.
Los científicos han demostrado una primicia en el mundo de los estudios fotónicos, desviando con éxito el camino natural de un rayo al apuntar un poderoso rayo láser hacia el cielo.
El estudio de campo, detallado en la revista Nature Photonics, confirmó las sospechas de larga data de que los intensos pulsos de láser que se disparan miles de veces por segundo pueden interceptar estas descargas atronadoras y desplazarlas.
Si bien los postes de metal llamados pararrayos han guiado los voltios desde los techos hacia el suelo desde 1752, los láseres generan fuertes rayos de aire ionizado, llamados plasma, capaces de conducir rayos sobre regiones mucho más vastas. Cómete el corazón Benjamin Franklin.
El dispositivo de última generación desarrollado por el fabricante TRUMPF con sede en Múnich mide 8 m de largo, 1.5 m de ancho y no se vería fuera de lugar en una película de desastres de ciencia ficción. Montado en una torre de telecomunicaciones de Swisscom en la cima del Monte Santis, fue aquí donde se registró el triunfo de la tecnología.
Con una ubicación precaria a 2,500 m sobre el nivel del mar, la instalación suele ser alcanzada por rayos unas 100 veces al año, lo que la convierte en el lugar perfecto para probar la eficacia del láser... y/o construir una propiedad vampírica.
En el transcurso de un período de tres meses, de junio a septiembre de 2021, el láser se activaba cada vez que se pronosticaba una tormenta.