"La Tierra es un lugar terrible para hacer cosas", según el ingeniero aeroespacial Andrew Bacon. Así es como la baja gravedad proporciona las condiciones únicas para construir materiales de alto rendimiento que pueden armarnos contra el cambio climático.
Encontrar formas de construir tecnologías sostenibles de manera sostenible es un requisito que limita perpetuamente nuestra lucha contra el cambio climático. Aquí hay una solución ingeniosa (aunque extraña) a este problema.
En nuestros esfuerzos por reemplazar los combustibles fósiles con baterías eléctricas, o por controlar el flujo intensivo de energía de los datos digitales que fluyen a través de los continentes, hasta ahora nos hemos quedado cortos. Minería de metales vitales como cobalto y níquel es cualquier cosa menos verde, y blockchain la tecnología está devorando energía a un ritmo de países enteros.
Entonces, ¿a dónde diablos vamos desde aquí? Aparentemente, no lo hacemos.
Según una nueva empresa aeroespacial del Reino Unido llamada Forja espacial, la respuesta para crear muchos de los materiales que necesitamos para impulsar realmente nuestra revolución tecnológica ecológica es construir fuera de la atmósfera terrestre. ¿Llegar de nuevo?
La idea es usar lo que efectivamente son mini fábricas ocultas dentro de los satélites y controladas por robótica. Según se informa, estos serán retornables a coordenadas específicas en la Tierra, lo que anularía las emisiones típicamente asociadas con el transporte.
Parece un poco exagerado, ¿no? Pues déjanos convencerte.
Se dice que el espacio ofrece varias ventajas instantáneas en lo que respecta a la fabricación. Los bajos niveles de gravedad, combinados con el hecho de que es un vacío casi perfecto, significa que lograr temperaturas muy altas y muy bajas para producir metales, por ejemplo, requiere mucha menos energía.