Científicos de la Universidad de Utah creen que lanzar millones de toneladas de polvo lunar a la atmósfera podría ayudar a prevenir el calentamiento global.
La mejor respuesta suele ser la más simple... es un mantra que los científicos climáticos de la Universidad de Utah rechazan enfáticamente.
El grupo de investigadores de la institución ha estado ejecutando simulaciones por computadora para probar lo que es, sin duda, el esquema de mitigación climática más heterodoxo hasta el momento: el lanzamiento millones de toneladas de polvo lunar en nuestra atmósfera para reducir el calentamiento global.
Al caer dentro del soporte fundamental de la geoingeniería solar, se teoriza que las nubes de polvo lunar podrían proteger a la Tierra de suficientes rayos del sol para reducir las temperaturas del planeta.
Puede sonar como la sumisión de ciencia ficción de un niño a Peter azul, pero los científicos creen genuinamente que este material 'esponjoso y de alta porosidad' sería perfecto para absorber la energía de la luz y dispersar los fotones lejos de la Tierra.
En términos de logística (muchos de los cuales, como era de esperar, aún no se han abordado), 10 millones de toneladas de polvo tendrían que asentarse a 1.5 millones de kilómetros de distancia en el primer punto de Lagrange: L1.
Aquí, la atracción gravitacional del sol y nuestro planeta se cancelan y los objetos permanecen en una posición fija durante días hasta que finalmente los vientos solares los dispersan.
El equipo de cientificos modelado este escenario exacto en un simulador y descubrió que un escudo de polvo de 1 millón de toneladas en L1 podría atenuar la luz solar terrestre en un 1.8 % en un año. Esto es equivalente a bloquear por completo la luz solar de seis días completos.