"Espero que tomar una posición le dé a otros hombres y mujeres que han sido víctimas de la pornografía de venganza el coraje de buscar justicia y, lo que es más importante, mostrarles que no tienen absolutamente nada de qué avergonzarse".
Bear ha seguido negando todos los cargos. Llegó a la corte en un Rolls-Royce alquilado con su novia.
Su cuenta de Twitter publicó simultáneamente una foto de él saliendo del vehículo con las palabras "50% de descuento en mi sitio para adultos durante las próximas 24 horas". Ven a ver por qué estoy de moda'.
La gran falta de remordimiento de Bear se ha manifestado en redes sociales durante las últimas semanas. Pasa tiempo pidiendo a sus seguidores que voten sobre qué traje debe usar en sus comparecencias ante el tribunal, por ejemplo.
Este comportamiento apunta a un problema en el corazón del porno vengativo. Los perpetradores todavía lo ven como un juego, un medio para aumentar el ego y ganar notoriedad en Internet.
Para una estrella de la realidad hambrienta de fama como Bear, no es de extrañar que continúe agachándose vergonzosamente bajo en busca de atención. El hecho de que disfrute entreteniendo a amargados trolls de Internet y a hombres de mediana edad hastiados es casi lamentable, si no fuera por el daño real que sus acciones han causado en el camino.
El caso de Harrison terminó lo mejor que pudo: con un veredicto de culpabilidad, algo que, según ella, "me permitirá dejar el dolor que he sufrido en el pasado y comenzar a abrazar el futuro".
Pero para millones de víctimas de la pornografía por venganza, el daño ya está hecho. Las imágenes privadas siguen siendo públicas, y los perpetradores suelen salir libres.
Al renunciar a su derecho al anonimato, Harrison ha hecho un trabajo importante para romper el tabú en torno al porno vengativo. Dada la grave violación de la privacidad y la humillación en la que se incurre, muchos de los afectados por estos incidentes optan por permanecer en silencio.
Pero es importante que las víctimas de agresión sexual estén protegidas en el espacio digital tal como lo estarían en la vida real.
Mientras que el porno de venganza es un ofensa criminal, necesitamos tener más conversaciones sobre su impacto. Bear puede ser un delincuente sexual registrado después de su veredicto de culpabilidad, pero es probable que conserve su popularidad en algunos rincones sórdidos de Internet, continúe ganando dinero y salga relativamente impune.
Al apoyar a víctimas públicas como Harrison, los perpetradores pueden rendir cuentas con más veracidad. Y aquellos cuyas imágenes privadas permanecen en línea sin su consentimiento pueden comenzar a reconstruir sus vidas.
Para aquellos afectados por el porno vengativo, La línea de ayuda de pornografía de venganza es un recurso importante que asegura que no se sienta solo.
Su nueva plataforma, StopNCII.org, también apoya a los adultos que están siendo amenazados con compartir sus imágenes sexuales privadas en línea.
Si usted o alguien que conoce se ha visto afectado por la pornografía de venganza, puede comunicarse con la línea de ayuda al 03456000459 o enviar un correo electrónico [email protected].