Según se informa, el derretimiento constante de los glaciares como resultado del calentamiento global ha provocado cambios marcados en el eje de rotación de la Tierra. Las investigaciones sugieren que la duración de nuestros días puede incluso haber cambiado en milisegundos desde los años 90.
Parece que los acontecimientos de los últimos años han puesto al mundo patas arriba, metafóricamente hablando.
En realidad, parece que cambiamos literalmente el eje de rotación de la Tierra hace décadas gracias a nuestras incesantes emisiones.
Específicamente, los datos de un estudio publicado por el Unión Geofísica Americana apunta al derretimiento de los casquetes polares y la redistribución del agua subterránea como dos factores clave en un cambio de eje que puede haber alterado nuestros días en milisegundos.
Cuando nos referimos a un 'eje', estamos describiendo una línea imaginaria alrededor de la cual orbitan los planetas. Acabo de desenterrar mis viejos libros de ejercicios de Key Stage 3 para comprobarlo.
En el caso de la Tierra, nuestro eje de rotación se ejecutaría como una línea recta a través del Polo Norte y el Polo Sur, los cuales ahora se ha descubierto que están a la deriva físicamente debido a la crisis climática que hemos creado.
Si bien investigaciones anteriores sugirieron que solo factores naturales como las corrientes oceánicas y la convección de rocas calientes en las profundidades de la Tierra contribuyeron a la deriva de los polos, este nuevo estudio destaca la pérdida de glaciares (por miles de millones de toneladas anualmente) debido a nuestra creciente huella de carbono como uno de los principales culpables también.
De hecho, el investigador principal, Shanshan Deng, describe el impacto climático de los seres humanos como "el principal impulsor de las derivaciones polares rápidas desde la década de 1990" y fundamental para esta deriva más reciente en "una nueva dirección hacia el este". Por contexto, en las últimas tres décadas la brecha entre los polos se ha ensanchado en cuatro metros.