Impulsadas por un giro de toda la industria hacia prácticas de producción más sostenibles, varias compañías han comenzado a probar fragancias hechas a partir de la contaminación por dióxido de carbono.
Aunque estoy seguro de que preferiría que no se lo recuerden, el mundo, como sabemos, se está quedando sin tiempo para ofrecer soluciones que eviten que el cambio climático haga lo peor.
Afortunadamente, sin duda motivado por la continua afluencia de advertencias de cada activista, organización y órgano de gobierno verdaderamente invertidos en sacarnos de este lío, las industrias por culpa de esperar demasiado tiempo para cambiar sus formas han estado clamando por cooperar, aunque algunas de ellas por recurriendo al lavado verde - en años recientes.
Al timón (y con razón dado que produce Más de 120 mil millones unidades de empaque que se desechan anualmente) es la belleza, un sector que depende en gran medida de los recursos naturales y finalmente muy consciente de la urgencia con la que se requiere actuar para salvar el planeta si tiene alguna esperanza de mantenerse a flote.
De las muchas innovaciones que han asomado la cabeza últimamente para reflejar este entendimiento, desde integración tecnológica a modelos de negocios circulares que minimizan el desperdicio, uno se destaca en particular por buscar abordar un tema que se vuelve más apremiante cada día.
Dado que reducir las emisiones ya no es una opción viable en términos de rectificar la cantidad insuperable de carbono que hemos vertido en la atmósfera, hasta el punto en que el Amazonas está ahora emitiendo más CO2 de lo que es capaz de absorber: las empresas se están volviendo creativas.
A saber Compañía aerea, una empresa emergente con una misión implacable para evitar que el malvado subproducto de la vida humana en la Tierra y el gas de efecto invernadero más responsable de nuestra crisis ecológica causen más estragos en el medio ambiente de los que ya han causado.
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¿Cómo? Convirtiendo el aire en perfume.
Esto se logra con un proceso que actualmente haciendo olas en todo el mundo por su potencial para reducir el CO de la sociedad2 emisiones en más de un 10%, según un análisis por la Universidad de Michigan globales de CO2 Iniciativa.
"No veo un camino hacia el cero neto sin este tipo de tecnologías", dice ricardo joven, Director general de Grupo de tecnología limpia.
"Los compromisos que las corporaciones han estado haciendo no pueden cumplirse solo con energía renovable".