El actor de 18 años Kit Connor anunció que era bisexual esta semana y afirmó que la presión de los fanáticos y los medios lo habían obligado a salir del armario.
¿Estamos obligando a las celebridades a salir del armario? Suena como una pregunta extraña. Hace solo unos años, ser queer a la vista del público se consideraba el final de una carrera.
Ahora, los fanáticos de estrellas como Harry Styles y Taylor Swift están tan desesperados por que sus ídolos anuncien que son homosexuales que cualquier sugerencia de lo contrario indica acusaciones de 'queerbaiting'.
Queerbaiting es un término relativamente nuevo que describe una táctica de marketing de Hollywood en la que se coopta la cultura LGBTQ+ para impulsar la fanfarria.
Este proceso a menudo implica insinuar lo queer lo suficiente como para que se amplíe el atractivo de una celebridad o una película, pero no tanto como para que el queerbaiter en cuestión tenga que lidiar con alguna de las experiencias negativas de ser realmente queer.
https://twitter.com/kit_connor/status/1587218539236188160?s=20&t=RUWotSETFRsspUXLNn4wow
Si bien el queerbaiting ciertamente existe (y no es nada nuevo), el discurso que lo rodea ha alcanzado un punto álgido en los últimos años.
A medida que las celebridades y los medios populares se vuelven más diversos e inclusivos, los fanáticos son más críticos con la autenticidad.
Tomemos a Harry Styles como un buen ejemplo. El cantante ha evitado construcciones normativas de masculinidad durante la mayor parte de su carrera.
Styles usa faldas, boas de plumas, se pinta las uñas e incluso lanzó una línea de maquillaje en 2021. Su música a menudo usa terminología sin género y se ha negado a revelar su identidad sexual durante todo el tiempo que ha estado en el ojo público.
En la era del #MeToo y la masculinidad tóxica, cabría esperar que se celebrara esta actitud subversiva hacia la sexualidad. Y lo es, en su mayor parte.