A medida que el clima cambia, Londres podría convertirse en una utopía adaptativa. O bien, podría ser un sitio de catástrofe.
En 2050, los inviernos de Londres serán más húmedos, los veranos serán más secos y todo será más caluroso.
La población de la ciudad está previsto que crezca a 11 millones. Habrá una enorme presión para adaptar los sistemas de infraestructura, salud y vivienda a una ciudad más grande con nuevas necesidades.
Como las ciudades tienden a retener y generar más calor que sus alrededores, el peligroso sobrecalentamiento de verano en los edificios de Londres será normal para 2050. similar al del año pasado.
Además de la salud de las personas, esto también amenaza las redes de transporte y los sistemas informáticos. Es probable que el aumento de las sequías de verano también agote los suministros de agua.
Por otro lado, durante el invierno, los eventos de tormentas aumentarán y las inundaciones pueden ensuciar los suministros de agua.
Un aumento de las tormentas también tendrá un impacto negativo en la salud, la propiedad y la infraestructura importante, especialmente porque el Reino Unido no está acostumbrado a las tormentas severas.
En el lado positivo, los espacios verdes y la vida silvestre pueden proteger la ciudad al bajar las temperaturas y reducir los riesgos de inundación. Sin embargo, deberán ser cuidadosamente protegidos y modificados si quieren sobrevivir.
La degradación de la calidad del suelo, los cambios de pH del agua y del suelo relacionados con el clima y los cambios de temperatura amenazan la salud continua de gran parte de Flora y fauna autóctonas actuales de Londres, como vencejos y mariposas.
Aunque será un desafío establecer un nuevo equilibrio, es posible que se puedan traer plantas y animales no nativos para reemplazar las especies nativas exiliadas. Algunos, como la garza real, podrían beneficiarse de los próximos cambios.
En respuesta, Londres ha respuesta climática ambiciosa planes implementados, así como los beneficios de ser extremadamente próspero y estar bien equipado.
La ciudad se convertirá en cero emisiones de carbono para 2050, lo que, si bien es un término vago, al menos se traduce en algunos compromisos sólidos (como reducir el tráfico de automóviles).
El sistema de respuesta a inundaciones de Londres para el Támesis es uno de los mejores del mundo y tiene planes de expansión. En particular, los planes para que más del 50 % de la ciudad sea espacio verde para 2050 reducirán las temperaturas y protegerán contra inundaciones.