El nuevo proyecto de ley negará la cirugía vital al grupo demográfico más vulnerable de Estados Unidos.
Spencer Cox, un gobernador republicano en Utah, ha librado sin ayuda una guerra contra la juventud trans de Estados Unidos.
Esta semana, Cox firmó un proyecto de ley que prohíbe que los jóvenes trans reciban atención médica que afirme su género. Eso incluiría la cirugía transgénero de cualquier tipo, así como el uso de tratamientos hormonales para menores.
El proyecto de ley llega poco después de la Reino Unido bloqueado el proyecto de ley de reforma de género del gobierno escocés, que facilitaría el reconocimiento legal del género de las personas trans. El proyecto de ley también proponía que la edad mínima para el reconocimiento de género se redujera de 18 a 16 años.
Al igual que la legislación de Cox, el bloqueo del Proyecto de Ley de Reforma de Escocia apunta a uno de los grupos demográficos más vulnerables de la sociedad moderna.
Los jóvenes trans ya corren un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental y suicidio. Un 2022 reporte encontró que el 82% de las personas transgénero en los EE. UU. ha considerado suicidarse y otro 40% ha intentado suicidarse.
Esta es una comunidad que es constantemente condenada al ostracismo, socavada y ridiculizada por la sociedad en general. La legislación anti-trans envía el mensaje de que este tratamiento no solo es normal, sino que se alienta sistemáticamente.
Cox ha dicho que su decisión de firmar el proyecto de ley se basó en la creencia de que era importante detener 'estos tratamientos permanentes y que alteran la vida de nuevos pacientes hasta que más y mejores investigaciones puedan ayudar a determinar el consecuencias a largo plazo".
Tal reacción al trato de los jóvenes trans es tan común como miope.
Así como la 'permanencia' de la cirugía de afirmación de género genera miedo en los comentaristas cisgénero y antitrans, la 'permanencia' de la ausencia de tratamiento conlleva la misma seriedad, una negligencia que el capítulo de Utah para la Unión Estadounidense de Libertades Civiles ha descrito por tener 'efectos dañinos y potencialmente catastróficos'.
"Al interrumpir el tratamiento médico respaldado por todas las asociaciones médicas importantes de los Estados Unidos, el proyecto de ley compromete la salud y el bienestar de los adolescentes con disforia de género", continuó la ACLU.
Al final del día, una legislación como esta, independientemente de la intención, es un ataque político a la existencia misma de la juventud trans.