El plan de bonos electorales de la India pretendía aportar más transparencia a la financiación política. Desde entonces se ha visto envuelto en acusaciones de amiguismo, ya que las corporaciones intentan comprar influencia de los partidos a través de donaciones anónimas en efectivo.
Los bonos electorales permiten a personas y empresas donar cantidades ilimitadas de dinero a partidos políticos a través de bonos al portador sin intereses, emitidos por el Banco Estatal de la India.
Sin embargo, la identidad del donante se mantiene anónima para todos excepto para el SBI, que está legalmente obligado no para revelar esta información.
Si bien el plan estaba destinado a frenar el dinero negro en las elecciones, los críticos argumentan que la disposición de anonimato ha hecho que el sistema sea más opaco y más propenso a que las empresas intenten ganarse el favor de los partidos gobernantes mediante donaciones quid pro quo.
A medida que comenzaron a surgir datos sobre los mayores donantes a través de bonos electorales después de las elecciones, se desarrolló un panorama condenatorio de corporaciones que potencialmente intentaban comprar influencia.
Los principales donantes se enfrentan a investigaciones por presuntas irregularidades
Varias empresas que emergieron como los mayores compradores de bonos electorales se enfrentaban a investigaciones por parte de agencias federales como la Dirección de Ejecución (ED) y la Oficina Central de Investigaciones (CBI) por presuntas irregularidades financieras aproximadamente al mismo tiempo.
Future Gaming and Hotel Services Private Limited, cuyos activos por valor de más de 400 millones de rupias fueron embargados por el Departamento de Educación en una investigación de lavado de dinero, surgió como el mayor comprador de bonos electorales por un valor asombroso de 1,368 millones de rupias.
Megha Engineering and Infrastructure Limited compró bonos por valor de 966 millones de rupias. Casi al mismo tiempo, este gigante de la construcción con sede en Hyderabad obtuvo lucrativos contratos gubernamentales por valor de más de 6,000 millones de rupias, incluido el proyecto del túnel Zojila Pass.
El Grupo Vedanta donó 376 millones de rupias a través de bonos electorales mientras era investigado por la CBI por presunta conspiración criminal y trampa en un caso de suministro de carbón.
El momento en que se realizaron estas grandes donaciones de empresas que enfrentan escrutinio por sus transacciones financieras ha planteado dudas sobre si estaban intentando ganarse el favor e influir en las decisiones políticas que las afectan.