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La 'AMIE' de Google allana el camino para la medicina impulsada por la IA

Si bien AMIE ha demostrado capacidades de diagnóstico superiores en comparación con los médicos humanos, quedan dudas sobre la ética de su implementación.

En el ámbito de la innovación médica, Google ha presentado recientemente un avance innovador con su sistema de inteligencia artificial, el Explorador articulado de inteligencia médica (AMIE), lo que marca un paso significativo en la integración de la inteligencia artificial en la atención médica.

Este ambicioso esfuerzo busca agilizar los procesos de atención médica, ofreciendo a los profesionales médicos más tiempo para casos complejos y ampliando el acceso al diagnóstico a áreas desatendidas.

Con el debate en curso sobre la integración de la IA en las prácticas médicas, quedan dudas sobre el alcance del uso del sistema. Esto es particularmente pertinente durante su etapa de investigación, donde los ensayos en humanos juegan un papel vital en su desarrollo.


Objetivo del sistema

AMIE espera cerrar la brecha entre el diagnóstico y el tratamiento, para igualar o superar la precisión de los médicos humanos en dominios específicos. Este objetivo podría hacer que el trabajo de atención médica funcione mejor, dando a los médicos más tiempo para casos complicados y ampliando el acceso a los diagnósticos en áreas que carecen de servicios médicos suficientes.

Además, Google espera que su nuevo sistema alcance o incluso supere la precisión de los médicos humanos en el diagnóstico de diversas enfermedades. Esto podría lograrse mediante su acceso a un conjunto de datos masivo de registros médicos y su capacidad para analizar patrones complejos en los datos de los pacientes.

AMIE también está diseñada para ser empática y comprensiva en sus interacciones con los pacientes. Esto podría ayudar a crear una experiencia más positiva y cómoda, especialmente para aquellos que podrían estar ansiosos por ver a un médico.

Además, el sistema también tiene el potencial de proporcionar a los pacientes materiales y recursos educativos sobre su condición específica al instante, ayudándolos a comprender mejor su diagnóstico y opciones de tratamiento.

Mirando el panorama más amplio, la capacidad de AMIE para analizar cantidades infinitas de datos médicos podría conducir a nuevos conocimientos sobre las causas y la progresión de las enfermedades. Esto, a su vez, podría conducir al desarrollo de tratamientos nuevos y más eficaces.

La eficacia de Google AMIE

A probar el sistema, los investigadores utilizaron a 20 participantes como pacientes simulados. Cada persona recibió consultas en línea de AMIE y de 20 médicos certificados, pero no se les dijo si estaban interactuando con un médico humano o con la IA. Los pacientes pasaron por un total de 149 escenarios clínicos, tras los cuales cada uno revisó su experiencia personal.

Se contrató a varios especialistas para evaluar el rendimiento del sistema de Google y de los médicos. Los resultados revelaron que la AMIE realizó significativamente mejor en lo que respecta a la precisión diagnóstica.

En términos de calidad de la conversación, como cortesía, aclaración de la condición y el tratamiento, honestidad y expresión de atención y compromiso, el sistema también superó la capacidad de los médicos en 24 de 26 criterios.

Inicialmente, la base del modelo de lenguaje grande (LLM) utilizado se ajustó en función de los registros médicos electrónicos existentes y las conversaciones médicas que se habían transcrito previamente.

Para mejorar el entrenamiento del modelo, los investigadores ordenaron al LLM que simulara tanto la perspectiva de un individuo con una condición médica del paciente como la de un médico compasivo que busca comprender el historial médico de la persona y formular diagnósticos potenciales.


Consideraciones éticas para la realización de ensayos en humanos.

El equipo de Google ha comenzado a profundizar en los requisitos éticos para realizar ensayos en humanos en pacientes con condiciones médicas reales.

Al estudiar nuevos tratamientos médicos, involucrar a quienes luchan contra enfermedades crea una responsabilidad importante. Mientras mantienen la esperanza de una cura, estos individuos confían su bienestar a los investigadores. Es crucial lograr el equilibrio adecuado entre el progreso científico y las obligaciones éticas.

Otra preocupación es que la AMIE pueda pasar por alto síntomas o patrones en grupos subrepresentados debido a la falta de exposición a casos similares en sus datos de capacitación, lo que podría retrasar o omitir diagnósticos. El sistema podría contener sesgos basados ​​en factores como la raza, el género o el nivel socioeconómico, lo que llevaría a diagnósticos inexactos para ciertos grupos.

Además, los pacientes, especialmente aquellos con enfermedades graves o raras, pueden sentirse presionados a participar en ensayos debido a la desesperación por un diagnóstico o tratamiento. Se deben tomar medidas para garantizar el consentimiento informado y proteger a las poblaciones vulnerables para evitar que los investigadores se aprovechen de ellas solo para el estudio.


El debate sobre la medicina impulsada por la IA

El discurso actual en torno a la integración de la IA en la atención sanitaria se denota sopesando sus beneficios potenciales frente a Dilemas éticos.

Los defensores destacan que puede mejorar mucho atención médica al hacer diagnósticos más precisos, optimizar los planes de tratamiento y simplificar las tareas administrativas. Los algoritmos de IA, que pueden analizar grandes cantidades de datos, ayudan a encontrar patrones complejos en la información del paciente, brindándonos conocimientos que pueden hacer que la atención médica sea más precisa y personalizada.

Todavía, los críticos están preocupados sobre los aspectos éticos de la integración de la IA en la medicina. Existe preocupación por mantener la información del paciente a salvo del acceso no autorizado y el uso indebido, lo que enfatiza la necesidad de muchas medidas de privacidad de datos.

También existe el temor de que depender demasiado de la IA pueda llevar a una pérdida de los elementos compasivos y empáticos en la atención al paciente, lo que podría deshumanizar al sector.

El debate se extiende a la responsabilidad de la IA cuando se utiliza en un contexto médico. El falta de claridad en los procesos de toma de decisiones de la tecnología genera dudas sobre la transparencia de los resultados, afectando potencialmente la confianza del paciente.

También es crucial abordar la responsabilidad por cualquier error en las decisiones médicas impulsadas por la IA, lo que requiere un marco que especifique la responsabilidad y garantice la ratificación continua por parte de los profesionales de la salud.

En última instancia, es vital lograr un equilibrio entre aprovechar las ventajas de la medicina impulsada por la IA y abordar los desafíos que presenta.

Se espera que este enfoque garantice que el progreso tecnológico contribuya positivamente a la atención sanitaria, centrándose principalmente en el bienestar del paciente y las consideraciones éticas.

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