Aunque la tela es considerablemente mejor para el planeta que su contraparte virgen, todavía genera microplásticos fibrosos que persisten en el medio ambiente y nunca se degradan.
¿Verde o verde? Esta es la pregunta que los ambientalistas han comenzado a hacer con respecto al poliéster reciclado (rPET), el tejido artificial con una huella de carbono obviamente menor que su contraparte virgen, pero que aún está lejos de ser sostenible.
Actualmente, el poliéster representa más del 55% de todas las fibras utilizadas en la industria textil y de la confección, una cifra que Greenpeace predice que aumentará drásticamente para 2030. Es un material que se usa generosamente en el ámbito del deporte atlético, debido al número cada vez mayor de consumidores que buscan ropa más elástica y resistente, especialmente durante un período de bloqueo en el que podríamos hacer ejercicio o relajar .
Por supuesto, un problema importante radica en el hecho de que el poliéster generalmente se deriva de ingredientes a base de petróleo, que no es biodegradable y ejerce una gran presión sobre los recursos finitos cada vez más escasos. Pero, ¿reciclarlo resuelve el problema o simplemente contribuye más a la crisis climática?
En 2017, organización sin fines de lucro Intercambio Textil desafió a más de 50 empresas de renombre (desde H&M y Gap hasta IKEA y Adidas) a aumentar su uso de rPET en un 25% antes de 2020. Un éxito irrefutable, los involucrados no solo pudieron cumplir el objetivo dos años antes de la fecha límite, sino que superaron el porcentaje objetivo en un 11%. Alentando a otros a seguir su ejemplo, la iniciativa ahora tiene cerca de cien marcas importantes en su haber, una hazaña que llevó a la organización sin fines de lucro a pronosticar que el 20% de todo el poliéster se reciclará en la próxima década.
'Tomar los desechos plásticos y convertirlos en un material útil es muy importante para los humanos y nuestro medio ambiente', dice Karla Magruder, miembro de la junta de Textile Exchange. "Si nos fijamos en las evaluaciones del ciclo de vida, el rPET puntúa significativamente mejor que el PET virgen". Esto se debe a que es casi equivalente en términos de calidad, pero su producción requiere un 59% menos de energía.
Además, el poliéster reciclado frena los descartes, reduce las emisiones tóxicas de los incineradores y elimina la necesidad de extraer gas natural y petróleo crudo, lo que reduce la dependencia inherente de la industria a los combustibles fósiles para fabricar tejidos básicos.