Este mes, el mundo celebra el Día Internacional de la Educación. Pero a medida que la crisis climática continúa acercándose a nosotros, ¿dónde se ubica en nuestros planes de estudios y por qué es cada vez más importante que enseñemos a nuestros hijos cómo abordarla?
Todavía recuerdo la primera vez que supe del cambio climático. Aunque, en aquel entonces, era más conocido como calentamiento global.
Fue durante una lección de ciencia bajo la lluvia en la escuela primaria hace aproximadamente 12 años. Ese día, mis compañeros y yo descubrimos que cada vez que dejábamos las luces encendidas o usábamos el auto en lugar de andar en bicicleta, el planeta se calentaba y los osos polares se quedaban sin hogar. Como un niño impresionable, esa imagen se ha quedado conmigo desde entonces.
Pero nuestra escuela, como la mayoría, nunca llevó esa primera lección más allá. Realmente es gracias a la transmisión de documentales, Greta Thunberg y las protestas callejeras masivas que desarrollé un interés en nuestro clima.
Este año, el Día Internacional de la Educación de la UNESCO mostró algunas de las transformaciones más importantes en la educación, incluida la realidad virtual y los libros electrónicos. Los cambios que han ayudado a construir un futuro más sostenible, inclusivo y pacífico, en el centro de eso es la educación climática.
Pero, ¿qué es la educación climática?
Con ansiedad ecológica en su punto más alto, no hay duda de que la educación es la clave para resolver nuestras preocupaciones climáticas.
La educación sobre el cambio climático es el término general para la construcción de un futuro sostenible a través de la inspiración de acciones positivas y la creación de habilidades. El tema se relaciona con muchos otros problemas que enfrentamos actualmente, incluidos los derechos humanos y la salud mental y física pública, todos los cuales también podrían incluirse en las aulas.
Sin ella, las generaciones futuras no contarán con los conocimientos que necesitan para hacer frente a las consecuencias a largo plazo del cambio climático, ni los habitantes actuales de nuestro planeta comprenderán cómo pueden utilizar las acciones individuales y corporativas para ralentizar el proceso, o en en el mejor de los casos, invertirlo.
La ONU dice que la educación 'empodera a todas las personas' y motiva a los jóvenes a actuar. Dice: 'Conocer los hechos ayuda a eliminar el miedo a un tema que con frecuencia está teñido de pesimismo en la arena pública'.