A la luz de los ambiciosos objetivos ecológicos de EE. UU., varios estados se están moviendo hacia la energía renovable. Para las islas hawaianas, eso significa cerrar su última instalación de carbón en pie.
Esta semana, el gobernador de Hawái, David Ige, anunció que la última central eléctrica alimentada con carbón que quedaba en el estado había interrumpido sus operaciones definitivamente.
La llegada del último envío de carbón de la instalación en julio marcó un importante punto de inflexión para la dependencia de Hawái de sus fuentes de energía más contaminantes. También significa que el estado ha logrado alcanzar su objetivo de prohibir el carbón antes del año 2023.
A los ojos de ambientalistas y activistas, la medida es positiva.
Sin embargo, a muchos críticos les preocupa que el sector de la energía renovable de Hawái aún no esté lo suficientemente bien preparado para suministrar energía a la nación por sí solo.
Esto no sorprende a nadie, ya que la instalación de carbón ahora cerrada había suministrado una quinta parte de toda la electricidad utilizada en la isla de Oahu durante más de 30 años. Y a pesar de su creciente sector verde, Hawái deberá seguir dependiendo de los combustibles fósiles para generar alrededor de la mitad de la energía utilizada en la isla, al menos por ahora.
Suena un poco como uno de sus vecinos más cercanos California, ¿tengo razón??