El gobierno de Sierra Leona anunció una emergencia nacional, reconociendo la necesidad de abordar el preocupante aumento del abuso de drogas 'Kush' entre la población joven del país.
Kush, una potente droga sintética mezclada con marihuana, fentanilo o tramadol, ha ganado popularidad entre la población joven de Sierra Leona, lo que representa una amenaza significativa para la salud y la seguridad públicas.
La declaración de emergencia nacional significa la gravedad de la situación y el compromiso del gobierno de enfrentar frontalmente la epidemia de drogas.
El presidente Julius Maada Bio, en un discurso a la nación, expresó su profunda preocupación por la proliferación de Kush y su impacto perjudicial en los usuarios, sus familias y las comunidades en general en Sierra Leona.
"La mortal Kush, que no conoce fronteras de clase, etnia, género y religión, está cobrando un precio devastador en nuestras comunidades, destrozando familias y robándonos a nuestros futuros líderes", afirmó el presidente.
Conocida por sus propiedades adictivas y peligrosos efectos secundarios, la Kush ha causado estragos en las vidas de los jóvenes del país. La droga, a menudo mezclada de forma inquietante con huesos humanos, ha provocado la exhumación ilícita de cadáveres de cementerios en los últimos tiempos.
El aumento del abuso de Kush ha agotado los recursos sanitarios y ha abrumado las instalaciones de tratamiento, exacerbando un sistema ya frágil. Los hospitales y clínicas informan de un aumento en las admisiones relacionadas con la intoxicación por Kush, lo que ejerce una inmensa presión sobre el personal médico y las instalaciones mal equipadas para manejar la afluencia de pacientes.
El impacto social de la adicción a la Kush se extiende más allá de los problemas de salud individuales, con repercusiones generalizadas en la productividad de la industria, la educación y las tasas de criminalidad. Muchos jóvenes sucumben a la adicción, abandonando sus perspectivas educativas y laborales, perpetuando un ciclo de pobreza y desesperación.
Además, el tráfico de drogas asociado con Kush ha impulsado la actividad criminal, socavando los esfuerzos por mantener la ley y el orden en las comunidades afectadas.