En un intento por reducir drásticamente las emisiones nacionales para 2030, el gobierno holandés aprobó un plan de 1.5 millones de euros para comprar las acciones de los ganaderos locales. El objetivo es reducir dos gases de efecto invernadero, el óxido nitroso y el metano, que contribuyen al calentamiento global.
A estas alturas, es de conocimiento común que la ganadería representa una gran parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero anualmente.
Pero la información relacionada con la relación entre la cría de animales y la crisis climática tiende a centrarse en la cantidad de dióxido de carbono (CO2) emitido durante el proceso de llevar un solo trozo de bistec a la mesa, por ejemplo.
Sin embargo, en eventos climáticos recientes, los científicos y los líderes han comenzado a señalar que el metano y el óxido de nitrógeno son la "fruta más baja" en la lucha para evitar un mayor calentamiento global.
El metano y el óxido de nitrógeno son dos gases muy concentrados en las explotaciones ganaderas, donde se almacena y trata el estiércol animal en grandes cantidades.
Buscando acelerar su camino hacia los objetivos ecológicos de 2030, el gobierno holandés se ha movido para comprar los negocios de los ganaderos locales. Entonces, ¿cómo funcionará el plan?