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Una solución inspirada en los mariscos podría reducir la contaminación por tintes textiles

Investigadores de la Universidad Khalifa en Abu Dhabi han desarrollado un nuevo nanomaterial que puede limpiar de manera efectiva los tintes y contaminantes de las aguas residuales. El mecanismo se inspiró en los sistemas de varios mariscos, en particular, los mejillones.

La industria textil utiliza anualmente 1.3 billones de galones de agua para teñir prendas. Esa es agua suficiente para llenar dos millones de piscinas olímpicas. Sí, has leído bien, dos millones.

Sin ignorar que esta ya es una industria muy intensiva en agua, surge un problema secundario cuando la gran mayoría de esta agua se deja sin tratar antes de ser desechada.

La mayor parte termina vertiéndose en ríos y arroyos cercanos, contaminando las vías fluviales locales con tintes y productos químicos nocivos.

Las concentraciones más altas de contaminación del agua derivada de textiles se pueden encontrar en China y Bangladesh, que albergan los centros de fabricación de telas más grandes del mundo. Dicho esto, esto debería ser una preocupación mundial ya que todos los ciclos del agua de nuestro planeta están inextricablemente vinculados.

Dado que la industria de la moda es responsable del 20 por ciento de la contaminación global del agua, los investigadores de la Universidad de Khalifa se propusieron encontrar una solución factible para limpiarla. Se inspiraron en los mariscos, en particular los mejillones.


¿Qué podemos aprender de los mejillones?

A menudo pasados ​​por alto a menos que se sirvan con una salsa mantecosa de vino blanco o tinto, los mejillones completan un trabajo impresionante y vital mientras están enraizados en el borde de las costas rocosas.

Succionan el agua del océano, que se envía a través de una abertura de inhalación para filtrar bacterias, algas, grava, arena o limo. Luego, el agua corre a través de las branquias del mejillón antes de que una abertura de exhalación secundaria expulse el agua filtrada, así como cualquier material no digerible de regreso a su hábitat.

Este proceso funciona como un sistema de limpieza natural para el hábitat del mejillón.

Sin embargo, irónicamente, no es este proceso el que inspiró a los investigadores. En cambio, el equipo observó las 'barbas' de los mejillones, los hilos fuertes y pegajosos que les permiten engancharse de forma segura a las rocas, los arrecifes e incluso a los naufragios.

Las proteínas en estos hilos son altamente adhesivas, por lo que los científicos querían ver si podían crear una fórmula sintética que fuera capaz de atraer y retener químicos en el agua de la misma manera.


Los resultados

Lo que crearon es un solvente hecho por el hombre que consiste en pequeños granos parecidos a la arena. Es un nanomaterial, no visible a simple vista, pero puede acumular contaminantes en su superficie y dentro de sus poros de manera experta.

Los científicos primero probaron su solvente inspirado en mejillones en un tinte rojo anaranjado llamado Alizarin Red S. Su informe publicado muestra que es efectivo para limpiar el tinte sin filtrar ningún químico dañino al agua circundante.

Esta es una gran noticia, ya que no tendría sentido usar un solvente si estuviera filtrando otros químicos tóxicos en el agua, lo que ocurre con la mayoría de los solventes.

Hacer que el solvente sea ecológico se identificó como un gran desafío, uno que pudieron superar. Los científicos dicen que el nanomaterial podría incluso adaptarse para eliminar virus de las aguas residuales de los hospitales, mejorar los procesos de desalinización y más.

Será interesante ver qué tan efectiva es esta tecnología cuando se usa a una escala más amplia y de qué otra manera se puede aplicar para hacer del planeta un lugar más limpio.

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