A pesar de sentir la crisis financiera más dura en más de 40 años, una investigación revela que el público británico todavía está dispuesto a pagar un poco más por productos de origen ético y fabricados de manera sostenible.
La vida se está volviendo cara estos días.
En todo el mundo, la inflación está provocando que el precio incluso de los artículos más básicos –como el pan, los huevos y la leche– se dispare a tasas no vistas en más de cuatro décadas.
En tiempos como este, uno pensaría que los compradores abandonarían opciones sustentables un poco más caras en favor de productos con precios más bajos. Sin embargo, los datos recientes del mercado en Gran Bretaña muestran todo lo contrario.
El grupo detrás de la Comercio Justo El símbolo que se ve comúnmente en las tiendas de comestibles registró un superávit de £13 millones de libras esterlinas en ingresos el año pasado, un salto con respecto a los £12.8 millones de libras esterlinas que ganó en el año 2022.
Esto indica que las personas todavía son conscientes de cómo usan su poder adquisitivo y eligen gastar de manera ética a pesar de sentir la presión.