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Las principales rutas de navegación podrían cambiarse para proteger a las ballenas azules

Frente a la costa de Sri Lanka, una manada única de ballenas azules circula por las aguas durante todo el año. Los ambientalistas piden que se ajusten las rutas de envío para mantenerlas seguras.

En 2008, se descubrió en el Océano Índico una manada de ballenas única y en peligro de extinción.

La mayoría de las ballenas azules suelen migrar largas distancias en busca de alimento, pero se cree que el grupo que vive en la punta de Sri Lanka permanece en la región durante todo el año, se alimenta de camarones y se comunica entre sí a través de distintos sonidos vocales.

Después de estudiar la manada durante casi dos décadas, los científicos sugieren que esta manada específica podría ser una subespecie totalmente nueva de la ballena azul. Los investigadores ahora piden que se cambien las rutas de envío en el área para protegerlos dentro del puerto ocupado.

La alteración de las rutas de los buques de carga es una solución factible y realista: un cambio menor tendría un impacto enorme e inmediato en su seguridad, a diferencia de la larga tarea de eliminar la contaminación plástica que ha ha sido un gran problema para los cetáceos que los ingieren.

Esta parte del Océano Índico es un vínculo vital entre Asia y el Canal de Suez, por lo que es un área concurrida, ruidosa y peligrosa para que la manada viva en forma permanente. Los biólogos marinos han acuñado el área del puerto principal como una "carrera de obstáculos".

Las ballenas azules pueden medir hasta 30 metros de largo y 150,000 kg de peso. Son los más grandes de todos los mamíferos, con un corazón del tamaño de un Volkswagen Beetle. También se encuentran en la parte superior de la cadena alimentaria, lo que significa que son importantes para mantener el equilibrio del océano.

Teniendo en cuenta esto, puede ser difícil creer que permanecerían sin ser vistos en el océano, pero no se comparan con los buques de carga que pueden tener hasta 300 metros de largo. En la última década, muchos cadáveres de ballenas han llegado a la costa con lesiones causadas por colisiones con embarcaciones.

En un puerto cerca de California, las rutas de envío se alteraron después de que los buques cisterna y portacontenedores se encontraran con frecuencia con ballenas que migraban a través del área. Luego del cambio, California reportó una reducción del 81 por ciento en los encuentros con ballenas.

Se realizaron cambios similares frente a la costa de Massachusetts, lo que demuestra que los cambios simples y cuidadosamente planificados en nuestras rutinas diarias pueden ayudarnos a vivir en mejor armonía con el mundo natural sin costo real para nosotros.

Desafortunadamente, seis décadas de intensa actividad ballenera acabaron con casi 200,000 ballenas azules, acercándolas a la extinción. Hoy en día, se estima que solo quedan entre 10,000 25,000 y XNUMX XNUMX en estado salvaje.

Desde la prohibición global de la caza comercial de ballenas en 1986, las poblaciones de ballenas han crecido lentamente, pero tomar medidas para protegerlas, especialmente cuando son tan obvias como redirigir los barcos, es algo que debemos seguir buscando.

El caso para proteger la manada frente a Sri Lanka se ve reforzado por la singularidad de las ballenas. Con su propio dialecto, presa de elección y comportamientos únicos, el grupo ha creado su propia cultura que podría perderse si se descuidan los cambios.

Cruzaremos los dedos para que el gobierno de Sri Lanka escuche las solicitudes de científicos marinos y grupos conservacionistas internacionales para aprobar el proyecto de ley de nuevas rutas de navegación.

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