Las pruebas de una semana de cuatro días en Islandia vieron un aumento de la productividad y el bienestar de los trabajadores, y sugirieron el potencial futuro de la reducción de horas.
Una semana de cuatro días suena bastante atractiva.
Estoy seguro de que un día menos de llamadas de Zoom, viajes ocupados y compañeros de trabajo molestos es una fantasía para la mayoría.
Ahora, gracias a las nuevas pruebas realizadas por los think-tanks, tenemos nueva evidencia que sugiere que las semanas laborales más cortas pueden ser más beneficiosas para los trabajadores y empleadores que el sistema tradicional de cinco días.
Entre 2015 y 2019, el Ayuntamiento de Reikiavik y el gobierno nacional islandés llevaron a cabo ensayos que incluyeron a más de 2,500 trabajadores, más del 1% de la población activa.
Estos trabajadores, que provenían de centros preescolares, hospitales, oficinas y más, vieron su promedio de horas reducido de una semana de 5 días y 40 horas a 35-36 horas durante 4 días, todo mientras mantenían el mismo salario.
Como es de esperar, esta semana reducida vio a los trabajadores menos estresados y agotados, con una sensación general de que su equilibrio entre el trabajo y la vida había mejorado. También informaron que podían pasar más tiempo haciendo pasatiempos y pasando tiempo con la familia.
Esta gran mejora en el bienestar de los empleados es aún más significativa en una época en la que el trabajo a distancia y la pandemia han afectado la salud mental de los trabajadores; El 82% de los profesionales que trabajan de forma remota en todo el mundo informaron sentirse agotados, y el 52% de ellos creía que debían trabajar más horas como resultado de trabajar desde casa.
Lo que es aún más prometedor para las empresas que ya están experimentando con una semana de cuatro días, como Kickstarter y Buffer, es que la productividad se mantuvo igual o incluso mejorado en la mayoría de los lugares de trabajo durante las pruebas.
Los think-tanks informaron que tanto los trabajadores como los gerentes adaptaron sus patrones de trabajo y cambiaron la forma en que abordaban las tareas para ser más eficientes y, como resultado, pudieron ofrecer los mismos niveles de productividad que antes.