Debemos abordar la avalancha aparentemente interminable de envases de plástico de la belleza que coloca a la industria al frente y al centro en nuestra lucha por ser más sostenibles.
El Día Mundial del Reciclaje, que se celebra cada 18 de marzo, tiene como objetivo crear conciencia sobre la importancia del reciclaje para preservar y asegurar un futuro saludable para nuestro planeta. La misión es informar a los líderes mundiales sobre la importancia del reciclaje y considerar nuestros recursos limitados cuando se trata de los productos que nos rodean.
Ahora, más que nunca, es esencial que todos hagamos nuestra parte y responsabilicemos a las industrias inherentemente derrochadoras de las consecuencias irreversibles que pronto están teniendo sus prácticas en la Tierra.
Realmente no es ningún secreto que los detritos que dejamos a nuestro paso son inmensos. La floreciente industria de la belleza de $ 500 mil millones por año depende fuertemente sobre el plástico y es un gran contribuyente al problema de la contaminación global.
Tanto es así, de hecho, que ahora hay siete veces más plástico que peces jóvenes en el océano. Dado que los investigadores predicen que la friolera de ocho millones de toneladas de desechos plásticos terminarán en nuestros océanos anualmente, es una tendencia que, si se ignora, eventualmente podría conducir a más plástico que pescado para 2050.
Afortunadamente, no está siendo ignorado, al menos no por los consumidores. Animado por el 'Afecto Attenborough', hemos reducido el consumo de plástico de un solo uso a más de la mitad y ahora consideramos que los productos envasados de forma sostenible son un factor decisivo clave al comprar.
Las marcas también parecen estar tomando nota, haciendo un esfuerzo consciente para enfrentar el lado feo de nuestra obsesión por la belleza al reconsiderar la naturaleza de sus productos, empaques y la propia cadena de suministro. Esta realineación de prioridades es lo que merece nuestra atención y nuestros elogios.
Pero junto con la prohibición de las microperlas en toda la industria, los movimientos voluntarios de las tiendas para eliminar gradualmente el plástico de los bastoncillos de algodón y la creciente conciencia ecológica de los compradores jóvenes, todavía no es suficiente para frenar el rápido ritmo al que la belleza está impactando el medio ambiente.
Para detener la avalancha aparentemente interminable de cartón, plástico de burbujas, cubos de espuma de poliestireno y maní de embalaje que pone a la industria al frente y al centro de nuestra lucha por ser más sostenibles.