Gran parte de Oriente Medio ha sufrido una falta de libertad de expresión durante años. Pero una nueva ola de artistas está utilizando imágenes y sonido para desafiar la censura.
"Los fuegos artificiales pueden parecer bombas para algunas personas", dice Simon Coates, fundador de Tse Tse Fly Oriente Medio (TTFME). Le han dicho en el pasado que su trabajo a veces puede ser demasiado agresivo. Pero eso no le importa.
Los artistas occidentales han estado documentando eventos y expresando sus puntos de vista políticos a través de pinceladas y letras de rap durante siglos. Un buen ejemplo es Banksy, el notorio artista y activista político británico, pero no todo el mundo tiene esta libertad.
Coates está liderando la ola de artistas que intentan cambiar eso.
Comenzó su organización sin fines de lucro en Dubai en 2015 con una noche de club mensual con actuaciones experimentales en vivo y proyecciones de películas. "Éramos ruidosos y bulliciosos", dice. "Pero había líneas que no podíamos cruzar por miedo al castigo".
En 2017, TTFME se reinventó como una organización sin fines de lucro plataforma en línea y que produce y exhibe eventos en vivo, trabajos de radio y obras de arte que llaman la atención sobre los derechos humanos y la libertad de expresión. Coates también produce un programa mensual para la estación de artes del Reino Unido. Resonancia EXTRA y el programa ocasional para Moscú Radio Nuevo Nuevo Mundo, bajo el seudónimo de 'Ubu Kung'.
"Mi tiempo en el Medio Oriente me abrió los ojos a la facilidad con que los seres humanos pueden hacer sufrir a otros seres humanos", dice. Sin sentir ningún remordimiento.
En febrero de 2020, Coates recibió una Mención Especial por su trabajo en el Premios Brave de Amnistía Internacional.
TTFME presenta artistas de todo el Medio Oriente, África del Norte e India. Entre ellos se encuentra Mariam Rezaei, una angloiraní con sede en Gateshead, Inglaterra, que señala que gran parte del trabajo que hace Coates es romper el algoritmo de las cuentas de redes sociales de muchas personas.
"A menudo se orientan hacia las agendas capitalistas y es importante para nosotros reconocer que lo que consumimos en línea está hecho a medida y diseñado para que lo observemos", dice Rezaei.