El regreso del Loser Club a Derry es mucho más desgarrador 27 años después, pero la historia de Muschetti es inevitablemente menos colorida.
Stephen King IT siempre iba a ser un gran éxito de taquilla. Pero no muchos previeron que Pennywise se convertiría en una figura icónica similar al Joker de Christopher Nolan. Desde el momento en que esos ojos voraces iluminaron ese desagüe de alcantarillado turbio en la escena de apertura, nos enganchamos y llegan los créditos finales, la gente estaba rogando (ninguno más fuerte que yo) por una secuela.
Como gran fanático de King, siempre tuve la confianza de que New Line Cinema y John Muschetti volverían para contar el resto de la historia, con el final de la primera película alineándose casi justo en el medio de la novela de 1100 páginas de King. El hecho de que la película se jactara del fin de semana de estreno más taquillero en la historia del género lo aseguró como algo inevitable.
¿Que sabes? Dos años después y la secuela ha llegado, casi replicando el éxito de su predecesor en su primer fin de semana. ¿Pero está a la altura de las alturas establecidas por la escalofriante incursión de Muschetti en Derry?
La respuesta se reduce a una cuestión de gusto personal. La historia de The Loser Club es mucho más sombría y menos colorida esta vez, tal vez aludiendo a la pérdida de la juventud y el coraje indentable que la acompaña. Cada uno de los niños tuvo sus problemas al crecer, pero ahora se ven obligados a enfrentarlos como adultos imperfectos sin nadie que los proteja y, sinceramente, ahora están tan mal equipados como siempre.
La película comienza con una escena impactante e inquietante que marca la pauta para el resto de la experiencia de 2h 50m. Derry es una ciudad encantadora y pintoresca, pero cualquiera que haya visto la primera película sabrá que no es la ciudad más inclusiva y tolerante. Una joven pareja homosexual es seguida desde el recinto ferial local hasta un puente cercano por una pandilla de matones locales, después de un breve enfrentamiento son agredidos violentamente, y el niño más desafiante es arrojado por el borde del puente y al arroyo. Amenaza con adivinar quién llega para echar una 'mano amiga'; basta con decir que es lúgubre ... muy lúgubre.
Es entonces cuando entendemos que han pasado 27 años en Derry que significan el regreso de Pennywise; el autoproclamado 'Devorador de mundos' en la forma 'seductora' del payaso. Nos vuelven a presentar a Mike (Isaiah Mustafa), quien todavía está claramente preocupado con Pennywise y se asegura de que nunca regrese. ¿Recuérdalo? El niño que se negó a matar a las ovejas. Le gustó desde el principio.