Billie Eilish no es la única que mezcla las listas de éxitos. La nueva ola de artistas del pop está mezclando intimidad auténtica con sonidos accesibles para ofrecer algo completamente único.
La fama en 2019 parece ser un fenómeno extrañamente alcanzable.
Ya no necesita un agente, una red de expertos de la industria o respaldo financiero para triunfar. Gracias a plataformas como SoundCloud, YouTube, Spotify y Facebook, hacerse oír por las masas es un proceso más democrático que nunca.
La capacidad de llamar la atención de millones con una publicación viral ha tenido ramificaciones de gran alcance en todos los ámbitos, ya sea en el discurso político, el arte en general o nuestras relaciones entre nosotros. Nuestra idea de la cultura dominante se ha vuelto cada vez más dispersa en la era de la información.
La música no ha sido inmune a estos cambios, y las estrellas más brillantes de la Generación Z son excelentes ejemplos. Cualquiera puede convertirse en un éxito de la noche a la mañana sin tener que firmar con un sello, y cualquiera puede escuchar cualquier cosa, en cualquier momento y en cualquier lugar.
Los servicios de transmisión han permitido a los oyentes más jóvenes desarrollar gustos mucho más eclécticos que el fanático de la música promedio de, digamos, la década de 1990. A medida que los límites entre géneros se vuelven menos distintos, la música pop a su vez se vuelve menos nítida. Los días de las boy bands orquestadas y orientadas al mercado de Simon Cowell han estado contados durante bastante tiempo. Si regresa al X-Factor de 2004, todo parece terriblemente desactualizado para los estándares actuales.
Las estrellas emergentes de hoy en día no necesariamente provienen directamente de la sede de las grandes empresas, sino que encuentran una base de fanáticos febriles en línea a través de sus propios medios. No se les dice cómo vestirse, cómo peinarse, y actúan por su propia voluntad.
El ejemplo más obvio de este pop hecho a sí mismo es Billie Eilish, cuyo último álbum ha penetrado en la industria como ningún otro disco reciente. Si bien sería fácil descartarla como otra actuación pop amigable con la industria, la realidad es que Billie es una estrella de la Generación Z autoproducida, nacida de su talento en lugar de la aprobación de un ejecutivo de un sello discográfico.
Lo hizo a lo grande después de publicar su canción 'Ocean Eyes' en SoundCloud, que finalmente condujo a un EP llamado 'Don't Touch Me' que se lanzó en 2017. Desde entonces, Billie ha sido catapultada a la vanguardia de la industria de la música, pero, Lo que es más importante, sus inicios fueron en una plataforma en la que cualquiera, en cualquier lugar, puede publicar su trabajo.
De manera similar, Clairo, de veinte años, encontró la fama a través de su video casero de baja fidelidad en YouTube para 'Pretty Girl', una canción pop discreta que hizo en su habitación sobre cómo esforzarse por ser la pareja romántica idealista.