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Michael J. Fox en los BAFTA muestra la necesidad de representación de las personas con discapacidad

El actor de 'Regreso al futuro' dejó a los espectadores llorando tras su aparición sorpresa en el escenario de los BAFTA. 

El premio a la mejor película en los BAFTA de este año recibió una gran ovación por dos motivos. Además de los aplausos de felicitación para Oppenheimer de Christopher Nolan, que se llevó el premio junto con otros seis, el público también se puso de pie para ver al presentador sorpresa del premio: el actor Michael J. Fox.

El hombre de 65 años se estableció como una leyenda de Hollywood interpretando a Marty McFly en la trilogía Regreso al futuro durante la década de 1980. Pero en los años posteriores, Fox también se ha convertido en un filántropo y activista de gran éxito, recaudando más de 2 millones de dólares a través de su organización benéfica, la Fundación Michael J. Fox.

A Fox le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson en 1991, cuando tenía sólo 29 años, y desde entonces ha estado financiando investigaciones innovadoras sobre esta enfermedad, para la que no se conoce cura.

Esa misma financiación ha dado lugar a avances médicos relacionados con el Parkinson. A principios de este año, un estudio clínico histórico dirigido por la fundación Fox descubrió que una proteína que se encuentra en el líquido cefalorraquídeo puede ayudar a detectar el Parkinson años antes de los primeros síntomas.

"Es un gran foco de atención sobre hacia dónde debemos ir y en qué debemos centrarnos", dijo Fox.

Tras su diagnóstico y el avance de sus síntomas, Fox dejó la actuación para centrarse en su filantropía y activismo. Sus apariciones públicas son relativamente raras.

No sorprende, entonces, que cuando Fox subió al escenario de los BAFTA el domingo por la noche, tanto el público como los espectadores quedaron sorprendidos y conmovidos.

Fox fue escoltada en silla de ruedas, pero insistió en ponerse de pie para presentar el premio a la mejor película. Durante su introducción dijo que el cine puede "cambiar tu perspectiva". A veces puede cambiar tu vida'.

Los usuarios sociales compartieron sus lloroso respuestas al discurso de Fox poco después de su emisión. Pero si bien la batalla de Fox contra el Parkinson es ciertamente inspiradora, vale la pena preguntarnos por qué momentos como estos desencadenan tales muestras de apoyo emocional.

Además del increíble viaje de Fox como artista y activista, la razón por la que se habla tanto de estos momentos es porque son muy poco comunes.

Fox es una de las pocas celebridades que siguen siendo acogidas por Hollywood a pesar de vivir con una enfermedad crónica o una discapacidad. Christina Applegate, a quien le diagnosticaron esclerosis múltiple en 2021, también recibió una gran ovación cuando entregó un premio en los Emmy 2024 a principios de este año. Muchos la elogiaron por llamar la atención sobre su condición y caminar con un bastón que decía 'FUMS".

Al igual que Fox, Applegate disfrutó de una carrera de gran éxito antes de su diagnóstico. Pero la cantidad de celebridades que han saltado a la fama con una condición preexistente es escasa.

Figuras como Fox son vitales para llamar la atención sobre estas condiciones y quienes viven con ellas. Y es importante que Hollywood les brinde plataformas más grandes, no sólo para generar conciencia, ya que esto no debería ser su responsabilidad, sino también simplemente para celebrar su trabajo dentro y fuera de la industria.

Pero necesitamos ver una mayor representación de las personas con discapacidad en todos los ámbitos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), 1 de cada 4 adultos (27%) en Estados Unidos vive con algún tipo de discapacidad.

Sin embargo, se podría contar con los dedos de una mano el número de personas discapacitadas que reciben importantes plataformas en Hollywood, en particular los usuarios de sillas de ruedas.

Con demasiada frecuencia, los actores discapacitados son pasados ​​por alto para los papeles, y cuando aparecen en la pantalla, sus personajes a menudo se reducen a estereotipos o se marginan por completo.

Esta falta de representación no sólo perpetúa conceptos erróneos dañinos sobre la discapacidad, sino que también niega a las audiencias la oportunidad de verse reflejadas en las historias que consumen.

Cuando las personas discapacitadas están ausentes de nuestras pantallas y escenarios, sus voces se silencian y sus experiencias se vuelven invisibles.

Necesitamos responsabilizar a la industria del entretenimiento por sus fracasos e impulsar cambios más significativos. Esto significa elegir a más actores discapacitados para papeles protagónicos, contar historias que representen auténticamente la experiencia de las personas con discapacidad y crear espacios donde las personas con discapacidad sean valoradas y celebradas.

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