Los edulcorantes artificiales, hechos de sucralosa, se han vendido como una alternativa libre de culpa al azúcar real, que ofrece el máximo sabor con pocas o ninguna calorías involucradas. Una nueva investigación está descubriendo el verdadero costo de este ingrediente hecho por el hombre.
Cuando los edulcorantes sin calorías como Splenda llegaron al mercado por primera vez en 2004, los consumidores y los nutricionistas los recibieron con entusiasmo y escepticismo a partes iguales.
Quienes buscaban endulzar su café de la mañana estaban encantados de hacerlo sin agregar calorías adicionales a cada porción, mientras que otros creían que el contenido de estos pequeños sobres estaba haciendo más daño que bien, dado que están hechos artificialmente.
Casi dos décadas después, la sucralosa no solo está disponible en forma de polvo o tabletas, sino que también es un aditivo en muchos productos 'sin azúcar', como refrescos dietéticos, tés helados dietéticos, bebidas gaseosas, jarabes sin azúcar, goma de mascar y más.
Dada su prevalencia, investigadores de dos universidades de Carolina del Norte se unieron para investigar los efectos en la salud del sucralosa-6-acetato, un ingrediente clave en los edulcorantes artificiales. Esta inmersión profunda ha revelado que los escépticos tenían razón al ser cautelosos.
Publicada en el Diario de toxicología y salud ambiental, el estudio descubrió que la sucralosa es 'genotóxica'. Esto significa que es capaz de dañar la información genética dentro de las células.