Miles de manifestantes se han reunido en la capital del país para oponerse a lo que los activistas llaman un 'combo de la muerte' de cinco propuestas ecocidas que está considerando el Congreso.
Siendo Brasil el campeón mundial de la biodiversidad, uno asumiría que sus líderes estarían al frente de la acción climática. Sin embargo, el presidente Jair Bolsonaro, el 'Trump de los trópicos' derechista como se le ha llamado, es flagrantemente contrario, responsable de destruir alrededor de 10,000 millas cuadradas de selva tropical (uno de los ecosistemas más preciados del planeta) durante los tres años ha estado en el cargo.
Eso es a pesar de comprometerse a poner fin a la deforestación ilegal para 2030, adelantar la fecha de la región para convertirse en carbono neutral a 2050 y prometer duplicar el presupuesto para hacer cumplir la protección de la Amazonía en la cumbre COP26 del año pasado, todo lo cual hasta ahora ha demostrado ser nada más que promesas vacías alimentadas por su 'mentalidad ciega y destructiva', de lo que el Papa Francisco advirtió en 2019.
Hoy, más alarmantes por las presiones cada vez mayores de nuestra emergencia ecológica y el hecho de que Brasil es un actor clave en la lucha contra esta crisis, miles de manifestantes se han reunido en la capital del país para oponerse a lo que los activistas llaman un 'combo de la muerte'. de cinco propuestas ecocidas que están siendo consideradas por el congreso.
El 'Ato pela Terra' (Defiende la Tierra) las protestas fueron iniciadas por un músico brasileño de renombre internacional Caetano Veloso, quien insta a la gente a denunciar el 'asalto histórico' de Bolsonaro al medio ambiente con las legislaciones que ha presentado.
Si se aprueba (se espera que el Senado vote en las próximas semanas), los proyectos de ley relajarían los requisitos de licencia ambiental y las regulaciones sobre el uso de pesticidas; impulsar a los acaparadores de tierras y madereros ilegales en la Amazonía que, como sabemos ahora, ya está emitiendo más CO2 del que es capaz de absorber debido a las prácticas productivas de la humanidad; y dar luz verde a la minería comercial en tierras indígenas protegidas por la Constitución, poniendo en peligro los derechos de decenas de miles de indígenas.
El gobierno está tratando de acelerar este último, argumentando que la guerra de Ucrania ha interrumpido el suministro de fertilizantes necesarios para los cultivos de cereales.