El miércoles, Tanzania levantó la prohibición de que las estudiantes embarazadas y las madres adolescentes continuaran con sus estudios que había estado vigente durante 19 años.
Hablando en Dodoma, la ministra de Educación de Tanzania, la profesora Joyce Ndalichako, dijo que el gobierno permitirá que todos los estudiantes que abandonaron la escuela debido a problemas relacionados con el embarazo y otras razones reanuden las clases.
El Ministerio aseguró además que los estudiantes afectados podrían reanudar la escuela en un período de dos años. Si una madre adolescente no presenta la solicitud a tiempo, puede inscribirse en un centro educativo de pago apoyado principalmente por el Banco Mundial.
Inicialmente, el gobierno había establecido un sistema educativo paralelo para niñas embarazadas a fin de proteger a otros estudiantes de la "mala influencia".
La ley se aprobó inicialmente en 2002 y fue reforzada por el difunto presidente John Magufuli en 2017, permitiendo la expulsión de las niñas embarazadas de la escuela incluso después de dar a luz.
Tanto los activistas de derechos humanos como los organismos internacionales criticaron al gobierno por su decisión de privar a las niñas de su derecho a la educación básica. En 2017, el Banco Mundial congeló un préstamo de 300 millones de dólares para la educación de las niñas en protesta contra la prohibición, mientras que Suecia en 2020 recortó su financiación afirmando que la educación de las niñas era más importante para el éxito del país.
Después del nuevo anuncio, en un comunicado, el Banco Mundial dijo que "da la bienvenida a la eliminación de barreras" y el apoyo renovado para las niñas y mujeres jóvenes.