Los líderes mundiales han acordado comenzar a gravar las ganancias de los gigantes tecnológicos a un mínimo del 15 por ciento anual. ¿Qué podría significar este aumento de los ingresos del gobierno para el futuro?
Durante la última semana, los líderes de los países del G7 se reunieron en Cornwall para discutir los problemas globales más urgentes del momento. El cambio climático, la distribución de la vacuna COVID y los acuerdos fiscales globales estaban en la agenda.
Todas fueron conversaciones vitales, pero la conclusión a la que se llegó sobre un aumento en el impuesto corporativo mínimo global ha sido descrita como una decisión histórica e innovadora que 'cambiará el mundo'.
Ese es un reclamo bastante importante para una póliza que puede tardar meses o posiblemente años en entrar en vigencia, así que pongámonos al día sobre lo que significarán los nuevos acuerdos fiscales para el futuro.
Para los lectores que no son expertos en finanzas, estoy con ustedes. Lo prometo, mantendremos esto básico.
En primer lugar, ¿a quién se grava?
Las empresas más rentables y conocidas que operan en todo el mundo se verán afectadas, especialmente las de la gran industria tecnológica. Ha sido una lucha continua para los gobiernos imponer impuestos adecuadamente a estas empresas, ya que comúnmente operan en varios países.
Hay una forma clave de hacer esto. Lo más probable es que hayas oído hablar de los paraísos fiscales. Son un puñado de países donde las personas adineradas y los propietarios de empresas multinacionales almacenan su dinero de forma privada para evitar pagar impuestos sobre su patrimonio.
Empresas como Amazon y Facebook han establecido estratégicamente sucursales locales en países que tienen tasas impositivas corporativas bajas o nulas, declarando ganancias anuales allí para evitar tasas impositivas más altas en su país de origen. Tasas impositivas bajas = más dinero en el bolsillo de la empresa.
Manipular el sistema de esta manera significa que los gobiernos de los países donde las operaciones y las ventas suceda no recibirá ningún dinero de vuelta en su sistema.
Esto conduce a déficits en el dinero del gobierno disponible para los servicios públicos. Por ejemplo, el dinero que se necesita para mejorar la infraestructura local, así como el desarrollo económico y social en los sistemas de educación y salud.
Suena furtivo, ¿verdad? Pero la práctica ha sido completamente legal desde, bueno, desde siempre. El inmenso éxito financiero de las grandes empresas de tecnología ha llevado a los líderes mundiales a desafiar la legalidad de preservar la riqueza financiera almacenando sus ganancias en el extranjero.
El nuevo acuerdo internacional del G7 existirá para disminuir esta práctica, mediante la implementación de una tasa impositiva corporativa mínima global del 15 por ciento.