Replantear la narrativa en torno al consumo de drogas
Aunque históricamente las drogas se han utilizado únicamente con fines recreativos, los defensores de complementarlas con psicodélicos como hongos y LSD dicen que la motivación detrás de su uso no se basa en drogarse en el trabajo.
"Si sientes algo, probablemente hayas hecho demasiado", suele ser el principal consejo que dan. En cambio, la idea es seguir tomando cantidades muy pequeñas o 'microdosis' a lo largo del día para que sus efectos sean sutiles.
En concreto, la microdosis implica tomar aproximadamente una décima parte de una dosis normal, que es suficiente para despertar la creatividad, la concentración y la productividad en el trabajo, pero no lo suficiente como para provocar sensaciones físicas o psicológicas intensas.
Con dosis adecuadas, muchos empresarios y ejecutivos reporte sentirse alerta, creativo y menos estresado en el trabajo. Otros dicen que les ayuda gestionar y liderar empleados con más empatía y comprensión, lo que lleva a mejores vínculos entre los miembros del equipo.
Comparan el consumo de pequeñas cantidades de hongos o LSD con un cigarrillo o una taza de café en el trabajo. Tanto la cafeína como la nicotina son estimulantes que ayudan con el estado de alerta, el estado de ánimo, la concentración y los momentos de calma en la energía. Su uso también está muy normalizado en la sociedad y el lugar de trabajo.
Aún así, si bien los efectos de la cafeína y la nicotina están bien estudiados, la investigación científica y los ensayos clínicos relacionados con las microdosis faltan.
Mirando los escasos datos
En los primeros experimentos, dE TRATAMIENTOS Las opiniones sobre los beneficios y desventajas de las microdosis son variadas.
Algunos incluso han demostrado que la ingestión de dosis extremadamente pequeñas de ciertos medicamentos podría, en última instancia, conducir a nada más que un efecto placebo.
En uno de los estudios más grandes hasta la fecha, 191 participantes fueron divididos en dos grupos y reclutados para describir sus experiencias con la microdosis durante 4 semanas. Lo que los participantes no sabían era que a un grupo se le administraron pequeñas dosis de psicodélicos mientras que al otro se le administraron dosis de placebo.
Curiosamente, ambos grupos mostraron mejoras psicológicas y reportaron una mayor sensación de bienestar al final de las cuatro semanas. Los investigadores no informaron diferencias discernibles entre ninguno de los grupos, lo que respalda la hipótesis del efecto placebo.
Sin embargo, fuera de los grupos de investigación controlados, la mayoría de las personas administrarán las dosis ellos mismos, lo que hará que los resultados parezcan bastante diferentes. También vale la pena señalar que algunas drogas, como los hongos y el LSD, pueden contener de forma natural o errónea dosis más concentradas que los lotes anteriores.
A medida que cambian las actitudes hacia las drogas psicodélicas y se adquiere más conocimiento sobre los beneficios de usarlas en el trabajo, es muy posible que las microdosis se vuelvan comunes en un futuro cercano.
Hasta entonces, dependerá de cada uno asegurarse de mantener el equilibrio entre tropezar en la sala de descanso o lograr un gran avance en un proyecto complicado.