Sin embargo, el papel que ahora ocupa se ha convertido más en una maldición que en una bendición. El actual partido gobernante, el Movimiento de Resistencia Nacional, ha estado en el poder durante 35 años bajo el liderazgo de Yoweri Museveni.
La duración de esta regla ha permitido la destrucción de los cimientos políticos y democráticos de Uganda. Originalmente revolucionario, Museveni ha desmantelado la prensa libre y ha mostrado desdén por los principios del estado de derecho y de los derechos humanos.
Entonces, ¿cómo puede un político opositor hacer oír su voz? Bobi Wine tiene la suerte de haber sido ya una figura pública. Su atractivo no se limita a su fama: es joven y ha demostrado su compromiso inquebrantable con el cambio de base.
Esta motivación ha inspirado a muchos jóvenes ugandeses a reunir su apoyo en torno al vino. No solo se presentan a mítines y elecciones, sino que también se postulan para los consejos locales e incluso para el Parlamento.
Las afiliaciones con Wine tienen duras consecuencias. El año pasado, cientos de simpatizantes de Wine fueron detenidos arbitrariamente o incluso secuestrados de sus hogares. Estos han sido realizados por el ejército de Uganda y se ha ocultado información a las familias y a otras autoridades ugandesas.
Bobi Wine no ha estado exento de un trato similar, ni mucho menos. Desde su participación política abierta en 2018, ha sido continuamente detenido, golpeado e incluso disparado en la campaña electoral.
Lo que sí muestra Bobi Wine, sin embargo, es una verdadera dedicación a su causa.
A pesar de todos los obstáculos que enfrenta, en términos del daño físico que ha sentido y los impedimentos políticos para su éxito, no se ha rendido. Después de cada arresto, cada incidente, vuelve a las calles para seguir impugnando el poder de Museveni.
La cantidad de apoyo que ha obtenido y su aprecio por el estado de derecho, los principios democráticos y la justicia social da esperanzas de que los ugandeses pronto vean un gobierno que refleje el cambio que quieren ver.
Este artículo fue escrito originalmente por Julie Luebken, una estudiante de la Universidad de Cambridge interesada en política digital, justicia climática y relaciones internacionales. Verla Etiqueta LinkedIn.