Saudi Aramco y el Financial Times han sido acusados de hacer un lavado de imagen verde después de que se pusieran en duda las afirmaciones sobre los combustibles sostenibles.
A medida que aumentan las preocupaciones sobre el cambio climático y la sostenibilidad ambiental, las corporaciones se ven sometidas a una presión cada vez mayor para adoptar y ofrecer iniciativas ecológicas.
Pero esta demanda también exacerba el riesgo de lavado verde, ya que las industrias más insostenibles explotan los intereses de los consumidores para su propio beneficio y, en última instancia, en detrimento del planeta.
La última empresa que ha enfrentado acusaciones de greenwashing es el patrocinador de la F1, Saudi Aramco, un gigante petrolero estatal que –junto con el Financial Times– ha sido acusado de difundir afirmaciones "engañosas" sobre combustibles sostenibles.
Aramco, que está asociado con el equipo de carreras Aston Martin para la Fórmula Uno, fue revelado pagar al Financial Times para que publicara artículos que sugirieran que la empresa se estaba volviendo más ecológica.
Los articulos afirmó Aramco estaba "liderando los esfuerzos para descarbonizar el transporte trabajando con la F1 para desarrollar biocombustibles sostenibles". En un comunicado se decía que "Aramco es un patrocinador mundial de este deporte y su objetivo es que sus carreras funcionen íntegramente con combustibles sostenibles para 2026".
"Aramco también se ha asociado con el equipo de Fórmula Uno Aston Martin Aramco Cognizant y, al unirse a I+D, apoyará los esfuerzos del equipo para alcanzar el objetivo de combustibles sostenibles de la Fórmula Uno".
Pero a pesar de las afirmaciones hechas en estas campañas, los investigadores han argumentado que los biocombustibles discutidos no son una solución real y escalable para descarbonizar el transporte por carretera debido a la gran cantidad de energía necesaria para producirlos.
Además de esto, las operaciones de combustibles fósiles de Aramco superan ampliamente cualquier interés en iniciativas verdes, reales o no.
El lavado verde representa una amenaza importante tanto para los consumidores como para el medio ambiente. Al difundir información engañosa sobre sus prácticas ambientales, las empresas no sólo socavan la confianza de los consumidores sino que también desvían la atención y los recursos de los esfuerzos genuinos para combatir el cambio climático.