La decisión de la Corte Constitucional de legalizar el procedimiento dentro de las primeras 24 semanas de embarazo sigue una tendencia creciente en la región, que es reconocida por sus valores profundamente conservadores.
Sumándose a una serie reciente de victorias legales para los derechos reproductivos en América Latina, el máximo tribunal constitucional de Colombia acaba de dictaminar que tener un aborto durante las primeras 24 semanas de embarazo ya no se considerará un delito según la ley del país.
Desde 2006, solo se permite cuando existe riesgo para la vida o la salud de la madre; la existencia de malformaciones fetales potencialmente mortales; o cuando el hijo fuere producto de violación, incesto o inseminación artificial no consentida.
Siguiendo los pasos de México y Argentina, que han anunciado fallos contra el enjuiciamiento de mujeres que interrumpen sus embarazos, la decisión histórica allana el camino para que el procedimiento sea ampliamente accesible en toda América Latina.
Además, sienta un precedente para la adaptación en la región históricamente conservadora, que durante mucho tiempo ha estado impregnada de estrictas leyes de aborto que, en algunos casos, han llevado al encarcelamiento de quienes las violan.
'Celebramos este fallo como una victoria histórica del movimiento de mujeres en Colombia que ha luchado durante décadas por el reconocimiento de sus derechos', dice Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
'Las mujeres, las niñas y las personas en edad fértil son las únicas que deben tomar decisiones sobre sus cuerpos. Ahora, en lugar de castigarlas, las autoridades colombianas deberán reconocer su autonomía sobre sus cuerpos y sus proyectos de vida'.