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Miami Seaquarium enfrenta desalojo por investigaciones de negligencia animal

Tras la trágica muerte de una orca llamada Lolita, el bienestar de los animales mantenidos en el Florida Seaquarium ha sido objeto de intenso escrutinio. Ahora parece que el sitio se verá obligado a cerrar definitivamente.

Es un gran día para los derechos de los animales.

Después de casi 70 años, el Seaquarium de Miami, Florida, podría verse obligado a cerrar definitivamente. El Departamento de Agricultura de EE. UU. ha estado presionando para el cierre del sitio durante años, ya que las inspecciones federales revelaron una serie de problemas estructurales no abordados que estaban creando condiciones peligrosas para los animales y los empleados.

Ahora, los funcionarios del condado han presentado una notificación de terminación del contrato de arrendamiento y desalojo a The Dolphin Company. La empresa tomó posesión del parque en 2022 y se le ordenó desalojar la propiedad antes del 21 de abril de este año.

Aunque se espera que los arrendatarios impugnen la moción en los tribunales, aún no está claro qué pasará con los numerosos animales del parque si se ve obligado a cerrar.

La Humane Society de EE. UU. ha abogado durante mucho tiempo por poner fin al cautiverio de ballenas y otros cetáceos, afirmando que es mejor observarlos en sus entornos naturales en lugar de retenerlos para entretener a la gente.

Esta opinión ahora es ampliamente compartida, a medida que los conocimientos científicos sobre las complejas vidas y comportamientos de las ballenas y los delfines continúan revelando su necesidad inherente de relaciones sociales cercanas, grupos comunitarios, así como la libertad de cazar y nadar largas distancias.

La alcaldesa del condado de Miami, Daniella Levine Cava, partidaria desde hace mucho tiempo del cierre del parque, reiteró los hallazgos de las inspecciones en una conferencia de prensa.

Dijo que las "continuas violaciones [de salud y seguridad] del Seaquarium, incluidos los hábitats de animales en descomposición, la falta de personal veterinario y la falta de otro personal experimentado" justifican su cierre.

El descontento público explotó el año pasado tras la muerte de una ballena orca llamada Lolita. Llevada al Seaquarium para actuar ante multitudes de público en vivo, vivió 55 de sus 57 años en un tanque que medía 24 metros por 11 metros de alto.

Antes de su muerte, a Lolita le diagnosticaron una enfermedad cardíaca crónica que provocó la degeneración de sus válvulas cardíacas. También padecía neumonía y deterioro renal.

Al menos 120 delfines y ballenas más han muerto en cautiverio en el Seaquarium, según el proyecto delfín.

El cierre del parque sería bienvenido entre los funcionarios y activistas de Miami. Esperemos que conduzca a la tan esperada prohibición de mantener a los mamíferos marinos en cautiverio, lejos de sus hábitats naturales.

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