En noviembre, el gobierno español propuso prohibir los vuelos que duran menos de 2.5 horas en tren. La confirmación de que la ley entrará pronto en vigor indica una victoria para el medio ambiente, pero ¿es demasiado bueno para ser verdad?
En un esfuerzo por reducir su huella de carbono nacional, España se ha convertido en el último país europeo en prohibir los vuelos nacionales que recorren distancias alcanzables en 2.5 horas en tren.
La prohibición afectará a todos los vuelos con una alternativa ferroviaria existente, pero se están haciendo excepciones para los vuelos que se dirigen a un centro más grande para conectarse con otros destinos internacionales.
La próxima prohibición fue anunciada en el Congreso por el gobierno de coalición de España, formado por los dos principales grupos políticos del país: el Partido Socialista (PSOE) y el izquierdista Partido Sumar.
Según se informa, la recién formada coalición progresista también está estudiando la posibilidad de restringir el uso de aviones privados para vuelos de corta distancia.
Aunque los principales partidos coinciden en que es necesaria una breve prohibición nacional, no todos los partidos políticos en España han acogido con satisfacción los planes. Los partidos de oposición PP y Vox están en contra, y este último dice que haría a España "menos competitiva" en la industria aérea mundial.
España lleva varios años considerando prohibir los vuelos de corta distancia como parte de su plan de acción climática hasta 2050. Sin embargo, las consecuencias previstas de la prohibición han hecho que los grupos ambientalistas la etiqueten como "puramente simbólica" en lugar de impactante.