Las Fuerzas Armadas de EE. UU. han derribado un globo volador gigante, que ahora se sabe que está vinculado a China, que estuvo flotando en su espacio aéreo durante varios días. A medida que los servicios de inteligencia analizan los escombros, surgen preguntas sobre lo que podría significar para la ya complicada relación de las dos naciones.
Durante el fin de semana, los informes de que un globo espía gigante estaba flotando en suelo estadounidense crearon el cóctel perfecto para el sensacionalismo de la transmisión de noticias y la conversación cómica en las redes sociales.
Pero para los funcionarios del gobierno y los oficiales de seguridad nacional, el globo es cualquier cosa menos gracioso. Ambos han declarado que no hay duda de que el dispositivo era un mecanismo de espionaje chino.
Se sabe que el globo gigante, comparable al tamaño de tres autobuses escolares, llevaba numerosos sensores y equipos de vigilancia. Las sospechas de recopilación de información se han incrementado debido a que el avión sobrevoló durante largos períodos Montana, donde están estacionadas las ojivas nucleares estadounidenses.
Por órdenes cuidadosamente programadas del presidente Biden, se desplegó un avión de combate de la Fuerza Aérea de EE. UU. para derribar con éxito el globo el sábado. Después de un solo intento, los escombros explotaron en siete metros cuadrados de océano poco profundo frente a la costa de Carolina.
A medida que se recolecten piezas del globo y su tecnología a bordo, sus consecuencias para el estado de las relaciones entre Estados Unidos y China se harán más claras.