Los esfuerzos de este año para recaudar fondos en el GES para servicios educativos en todo el mundo fueron impresionantes. ¿Podrían los nuevos fondos mejorar la igualdad de las instalaciones educativas de África?
La Cumbre Global de Educación de 2021, organizada conjuntamente por el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, y el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, en Londres el 28th 29 Mayoth En julio, recaudó un récord de $ 4 mil millones de donantes para la Alianza Global para la Educación (GPE).
El objetivo de GPE era recaudar al menos $ 5 mil millones durante los próximos cinco años (2021-2025) para transformar la educación de millones de los niños que van a la escuela más vulnerables del mundo.
Si alcanza la financiación completa, la Alianza Mundial para la Educación ayudaría a 175 millones de niños y colocaría aproximadamente a 88 millones más de niñas y niños en la escuela para 2025.
Lidiando con enormes disparidades en la educación
El África subsahariana tiene las tasas más altas de exclusión educativa a pesar de los esfuerzos para que la educación básica sea accesible para todos los niños.
Según la UNESCO, más de una quinta parte de los niños de entre 6 y 11 años no asisten a la escuela, seguido de un tercio de los jóvenes de entre 12 y 14 años.
La mayoría de los programas de educación y formación de África adolecen de una enseñanza y un aprendizaje de baja calidad, así como de desigualdades y exclusión en todos los niveles. Incluso con un aumento sustancial en el número de niños con acceso a la educación básica, un gran número aun permanecer fuera de la escuela.
A pesar de los éxitos en la matriculación en la escuela primaria, persisten las desigualdades e ineficiencias en este sector crítico.
Según la Unión Africana, subsectores como la educación preprimaria, técnica, vocacional e informal están subdesarrollados, lo que dificulta que los jóvenes adquieran una educación adecuada.
Además, más niñas que niños abandonan la escuela antes de completar la educación secundaria o terciaria, evidencia que sugiere que aún persisten sesgos sexistas dentro del sistema.