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Una nueva investigación sugiere que los hongos pueden estar comunicándose con 'palabras'

Como si no fueran lo suficientemente mágicos, los científicos han descubierto que los hongos se comunican potencialmente entre sí utilizando un vocabulario abundante que tiene una sorprendente similitud estructural con el habla humana.

Si no es un extraño para mis escritos, a estas alturas estoy seguro de que es muy consciente de mi obsesión profundamente arraigada con el micelio de todas las cosas, mi fascinación por la que alcanzó su punto máximo recientemente después de ver el increíble Hongos fantásticos documental en Netflix (ciertamente échale un vistazo si aún no lo has hecho).

De los muchos hechos reveladores que me llamaron la atención durante esta visita, uno me llamó la atención en particular: la capacidad de comunicación de los hongos.

Según el reconocido micólogo Pablo Stamets, lo hacen a través de señales químicas emitidas a lo largo de un red subterránea tan grandes que hay 300 millas de estas sucursales, que comparten el mismo diseño que la red mundial si necesita una imagen mental, debajo cada uno paso que damos.

Sin embargo, mejora porque, como si no fueran lo suficientemente mágicos, los científicos acaban de descubrir que los hongos no solo pueden interactuar, sino que pueden hablar entre sí usando un vocabulario abundante de hasta 50 'palabras' que tienen una llamativa similitud estructural con el habla humana.

Esto podría sorprender, dado que los hongos son las especies más comunes en la Tierra. Si fueran algo más que organismos silenciosos y relativamente autónomos, asumirías que ni siquiera nos escucharíamos pensar.

El hallazgo tiene mucho sentido debido a investigaciones anteriores que demostraron que estaban "hablando" para compartir información sobre alimentos o lesiones con partes distantes de sí mismos. También es la forma en que exploran su entorno, alertan a otros hongos sobre posibles amenazas y hacen que otros miembros de su grupo se den cuenta de su presencia, al igual que los lobos aullando para alertar a la manada.

Analizando matemáticamente cómo conducen estos impulsos eléctricos a través de sus filamentos largos hifas, el profesor que dirige el estudio pudo identificar patrones que se asemejan a nuestra etimología.

"No sabemos si existe una relación directa entre los patrones de picos en los hongos y el habla humana, posiblemente no", dice Andrés Adamatzky. “Por otro lado, existen muchas similitudes en el procesamiento de la información en sustratos vivos de diferentes clases, familias y especies. Solo tenía curiosidad por comparar.

Adamatzky inyectó diminutos microelectrodos en el micelio de los hongos enoki, split gill, ghost y oruga, y notó que los picos generados por este experimento a menudo se agrupaban en trenes de actividad, distribuyendo "frases" complejas (e improbablemente aleatorias).

Sin embargo, a pesar de lo intrigante que es esto, el escepticismo permanece y se requiere más evidencia antes de que este tipo de comportamiento cognitivo sea aceptado oficialmente como una forma de lenguaje que no solo escuchan los aventureros psicodélicos en viajes que alteran la mente.

"Este nuevo artículo detecta patrones rítmicos en señales eléctricas, de una frecuencia similar a la de los pulsos de nutrientes que encontramos", dice el profesor de biociencias e investigador de biología fúngica. Dan Bebber.

"Aunque interesante, la interpretación como lenguaje parece algo demasiado entusiasta, y requeriría mucha más investigación y prueba de hipótesis críticas antes de que veamos 'Fungus' en Google Translate".

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