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El polvo magnético podría ser clave para eliminar los microplásticos del océano

Cuando la contaminación plástica se degrada en pequeños fragmentos, las plantas de tratamiento de aguas residuales ya no pueden detectarla. Sin embargo, un material magnético recientemente desarrollado puede aspirar de manera efectiva todas las formas de microplástico para eliminarlo.

Es posible que solo haya ingresado al discurso global en los últimos años, pero la gente ahora es generalmente consciente de la amenaza ecológica que representan los microplásticos.

Divididos en dos categorías, los microplásticos primarios son artículos diminutos (normalmente de menos de 5 mm) que han sido diseñados para uso comercial. Estamos hablando de microfibras que se desprenden de la ropa y otros textiles, como las redes de pesca.

Los microplásticos secundarios son aquellos que aparecen debido a que los artículos de plástico desechables se descomponen en un entorno natural, debido a la radiación solar o las olas del mar.

La mayor parte de este tipo tiene menos de 1 micrómetro de diámetro, o 1,000 veces más fino que el cabello humano, lo que significa que es increíblemente difícil de extraer en las plantas de tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, existe una solución floreciente que entusiasma a los investigadores ecológicos.

Se ha desarrollado un nuevo polvo específicamente para absorber este tipo de contaminante antes de que pueda intoxicar las vías fluviales, dañar la vida marina e incluso terminar en sangre humana.

En el último año también se han documentado microplásticos en sal de mesa, agua embotellada, frutas vegetalesy carne envasada. Baste decir que está pasando rápidamente de un problema ecológico a uno de salud.

"Es un material poroso con una superficie especial que puede reaccionar con los microplásticos", dice Nicky Eshtiaghi, investigador principal del equipo que desarrolló la idea. También es magnético, lo que significa que la extracción es lo más fácil posible.

Tal como está, los métodos para deshacerse de estos fragmentos no son exactamente abundantes. Hemos visto algunas ideas novedosas, incluida una impresora 3D robo-pez diseñado por un estudiante de la Universidad de Surrey, pero nada ha alcanzado la escala capaz de hacer mella real.

Incluso los filtros industriales equipados con tecnología de tamaño nanométrico funcionan muy lentamente o no logran recolectar las piezas más pequeñas. Por otro lado, este nuevo material se pone a trabajar en apenas una hora y no discrimina con lo que se está absorbiendo.

La fase de prueba de principio ahora está bastante fuera del camino, y sabemos que el nano-agente funciona. El verdadero desafío de encontrar cómo escalar la tecnología y cuál es la mejor manera de implementarla logísticamente viene a continuación.

Teniendo en cuenta que unos ocho millones de piezas de plástico ingresan al océano todos los días, formular un plan efectivo es casi imposible. Pero eso no significa que debamos dejar de intentarlo.

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