Al alimentar a los osos con agua con miel, los investigadores han descubierto la posible clave genética para el control de la insulina. Este avance podría conducir a un tratamiento reparador de una enfermedad que afecta a casi el diez por ciento de la población adulta mundial.
Si alguna vez te has preguntado por qué los humanos no pueden consumir decenas de miles de calorías al día para ganar masa muscular antes de tomar una siesta muy larga, no estás solo.
Es un fenómeno que ha tenido a los científicos rascándose la cabeza durante décadas, cuestionando durante mucho tiempo por qué el mismo comportamiento no causa diabetes en los osos de la misma manera que lo haría con nosotros si ganáramos rápidamente una montón de peso y de repente deja de moverse durante meses.
Esta semana, sin embargo, los investigadores de la Universidad Estatal de Washington lograron un gran avance.
Al alimentar con agua de miel a los mamíferos somnolientos, descubrieron la clave potencial para el control de la insulina. los dE TRATAMIENTOS en última instancia, podría conducir a un tratamiento reparador para una enfermedad que afecta a casi el diez por ciento de la población adulta del mundo y puede causar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y ceguera.
"Este es un progreso hacia una mejor comprensión de lo que está sucediendo a nivel genético y la identificación de moléculas específicas que controlan la resistencia a la insulina en los osos", explica Blair Perry, coautor del estudio e investigador postdoctoral de WSU.
"Existe un valor inherente al estudio de la diversidad de la vida que nos rodea y todas estas adaptaciones únicas y extrañas que han surgido".
La insulina es una hormona que se encuentra en la mayoría de las criaturas de sangre caliente y que regula los niveles de azúcar en la sangre del cuerpo al indicarle al hígado, los músculos y las células grasas que absorban esta fuente de energía.