Una nueva investigación muestra que la percepción poco fiable de la imagen corporal es mucho más generalizada de lo que se suponía inicialmente. Afortunadamente, se está trabajando en la terapia digital de última generación para abordar esto.
Si critica su apariencia cada vez que ve su reflejo, incluso de la manera más pequeña, o siente una infelicidad constante cada vez que se mira en el espejo, es probable que esté experimentando un 'descontento normativo'.
La frase, que se acuñó originalmente en los años 80 para describir la negatividad generalizada hacia el peso y la apariencia física, ha encontrado su camino volver a los principales medios de comunicación gracias a un estudio reciente por investigadores de la Universidad Médica de Silesia.
De los 750 participantes involucrados, menos de la mitad de ellos pudieron estimar correctamente si tenían bajo peso, peso normal, sobrepeso u obesidad.
Esto demostró que la percepción poco confiable de la imagen corporal es mucho más generalizada de lo que la comunidad científica supuso inicialmente.
¿Por qué? porque el cuerpo percepción errónea no está asociado con trastornos alimentarios o dismorfia, sino que es una insatisfacción perpetua en lo que realmente tenemos, una reacción emocional al vernos a nosotros mismos de una manera que otros no ven, lo que podría decirse que nos afecta a todos.
Quiero decir, ¿quién realmente no tiene nada más que cosas buenas que decir sobre su apariencia? Es menos un problema de percepción, más uno de cognición y evaluación. En pocas palabras, lo que juzgamos como 'flaco' o 'gordo' está tan arraigado en nuestra psicología que, independientemente de nuestros sentimientos internos y conceptos de nuestro tamaño, vamos a aun sobreestimar.
"La palabra 'normativo' sugiere que en realidad muchos no lo ven como un problema... estar descontento con tu suerte en general es aceptable y normal y, por lo tanto, está bien estar descontento con nosotros mismos", dice el psicoterapeuta integrador. Liz Richie.
'Sentirse negativo acerca de la apariencia de uno se convierte en una forma de vida para muchos y se vuelve muy restrictivo'.
Como explica Ritchie, esto nos deja en un estado de autosabotaje mientras buscamos eternamente algo mejor, una mentalidad que, por supuesto, se ve exacerbada diez veces por las redes sociales y la cultura de comparación que fomenta.