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Panamá otorga derechos legales y protección a las tortugas marinas

Se ha establecido una nueva ley para proteger a las tortugas marinas en peligro de extinción en Panamá. La esperanza es que los países vecinos hagan lo mismo y les concedan el derecho a un medio ambiente saludable libre de actividad de caza furtiva.

Panamá acaba de llevar 'Me gustan las tortugas' a un nivel completamente nuevo.

El país ha dictado nuevas leyes para dar a su abundante población de tortugas marinas el derecho a vivir y tener libre tránsito en un ambiente sano.

Bajo la nueva legislación, todos los ciudadanos en Panamá ahora pueden 'ser la voz de las tortugas marinas y defenderlas legalmente'. Esto significa que los gobiernos, las corporaciones y los ciudadanos pueden ser legalmente responsables por violar los derechos de las tortugas marinas.

Esta es una gran victoria, ya que la nación sudamericana es uno de los lugares de anidación más importantes del mundo para las tortugas laúd y carey. Cada año, se pueden encontrar hasta 3,000 nidos de carey en una sola playa local.

Quienes trabajan para organizaciones que protegen las tortugas marinas tienen grandes esperanzas de que otros países hagan cumplir una versión de esta nueva ley para proteger a las tortugas marinas en peligro de extinción y otros animales amenazados.

¿Por qué era necesaria la nueva legislación?

La caza furtiva de tortugas marinas en Panamá se convirtió en un problema grave durante la pandemia, ya que el país depende en gran medida del turismo para obtener ingresos.

Sin un flujo constante de dinero proveniente de los visitantes, los ciudadanos comenzaron a cazar furtivamente las tortugas que anidan y recolectar sus huevos en las playas cercanas para obtener ingresos adicionales.

Durante este período, los grupos conservacionistas informaron que alrededor del 90 por ciento de los huevos de tortuga laúd se extrajeron de los nidos y luego se vendieron por su carne y caparazón. Esta actividad ya era ilegal en Panamá, sin embargo, la ley no había sido bien aplicada.

Según las evaluaciones actuales, este tipo de actividad ha continuado a un ritmo superior a los niveles previos a la pandemia a pesar del regreso del ecoturismo en Panamá.

Para combatir esto, los grupos conservacionistas comenzaron a cabildear por marcos legales más sólidos que ofrecieran una protección más clara para las tortugas, así como mayores mecanismos de monitoreo y multas más duras por violar la ley.

Bajo la nueva legislación, a las tortugas marinas se les ha otorgado el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación. También evitará actividades humanas peligrosas como el 'cambio climático, la captura incidental, el desarrollo costero y el turismo no regulado'.

Esto significa que responsabilizará a los desarrolladores y operadores de turismo cuyos planes causen alteraciones en los hábitats de las tortugas marinas. También declara ilegal cualquier actividad que busque obtener ganancias de las tortugas marinas, ya sea de su carne o de sus huevos.

Reconocer los derechos de los animales, especialmente de aquellos que viven en ecosistemas que ya están amenazados por el cambio climático, es una parte clave para garantizar que nuestro mundo natural esté protegido.

Los grupos conservacionistas con sede en Panamá presionarán ahora para que los países del Caribe, que albergan varias especies de tortugas marinas, adopten una legislación similar. ¡Sí, Panamá!

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