Las Naciones Unidas han hecho sonar una preocupante alarma por la escalada de las tasas de mortalidad infantil en Sudán, una trágica consecuencia del implacable conflicto que ha asolado a la nación durante meses.
Esta semana, durante la sesión informativa de la ONU en Ginebra, ACNUR anunció un conjunto desgarrador de estadísticas que revelan el devastador costo que la guerra está cobrando entre la población más joven y vulnerable de Sudán, con desnutrición y enfermedades rampantes entre los niños.
Desde abril, Sudán está asolado por el conflicto entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y un grupo paramilitar llamado Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Según los últimos datos del jefe de salud pública de ACNUR, Dr. Allen Maina, el número de muertes infantiles en Sudán ha alcanzado una cifra asombrosa y desgarradora.
Sólo en los últimos cinco meses, se estima que 1,200 niños menores de cinco años han perdido la vida en los campamentos de Etiopía y Sudán, y otros 55,000 niños más necesitan actualmente atención constante por desnutrición grave y enfermedades.
Estas estadísticas, presentadas por el Jefe de Salud Pública de ACNUR, resaltan el impacto catastrófico del conflicto en curso en los niños del país.
El acceso a los alimentos y al agua se está convirtiendo en una de las preocupaciones más apremiantes en Sudán. UNICEF advierte que miles de niños corren el riesgo de morir antes de finales de este año si el conflicto persiste.
De aquellos que salgan adelante, su desarrollo a largo plazo probablemente será incierto, lo que significa que puede dejar una cicatriz duradera en el futuro de Sudán.
Casi 7 millones de niños en edad escolar no van a la escuela, mientras que más de 5 millones de personas han sido desplazadas recientemente en el país. En las regiones devastadas por la guerra, los suministros médicos esenciales siguen estando severamente restringidos.