Greenpeace ha sido liquidada por la fuerza dentro de Rusia, lo que significa que la continuación de sus actividades sería ilegal y pondría al personal en riesgo de enjuiciamiento.
El término 'agente extranjero', una vez sinónimo de la era soviética, está regresando con preocupante regularidad dentro de Rusia, lo que hace que muchos crean que las libertades civiles están siendo arrasadas sistemáticamente.
La última en ser tildada de 'organización indeseable' por las autoridades de Moscú es Greenpeace, lo que obligó efectivamente a la organización ecologista a disolverse o enfrentar consecuencias legales.
Esta liquidación representa el ataque más significativo de la nación contra la democracia rusa desde la disolución ordenada de su mayor grupo de derechos humanos, memorial internacionalEn 2021.
'Este es un paso absurdo, irresponsable y destructivo que no tiene nada que ver con la protección de los intereses del país', afirmó Greenpeace en su Sitio web ruso – que ahora muestra una advertencia de que compartir o citar su material puede crear la 'base para la responsabilidad'.
Al igual que la procesión de firmas de medios independientes exiliadas y grupos de derechos humanos que la precedieron, Greenpeace había sido objeto de ataques aparentemente por intentar "cambiar el poder en el país" mediante la difusión de propaganda contra el estado.
La Oficina del Fiscal General dijo que permitir que el grupo continuara con sus operaciones "representaba una amenaza para los cimientos del orden constitucional y la seguridad" de Rusia.