El asesinato de un líder sij en Canadá es el último estallido de un conflicto que lleva décadas en la India. La situación actual amenaza con causar un daño diplomático irreparable a ambos países.
Cuando Justin Trudeau aterrizó en Delhi para la cumbre del G20, venía preparado para afrontar de frente las tensiones con Modi tras acusar a la India de estar involucrada en el asesinato del líder sij canadiense, Hardeep Singh Nijjar.
El 18 de junio, Nijjar recibió 34 disparos en el estacionamiento de un Gurdwara (templo sikh) en Columbia Británica por parte de dos asaltantes enmascarados. El asesinato desencadenó una serie de disputas diplomáticas entre Canadá, India y Estados Unidos.
Níjar era el líder de una comunidad sij y presidente del Guru Nanak Sikh Gurdwara durante dos mandatos. También dirigió a los Sikhs canadienses por la Justicia y apoyó el movimiento Khalistan, un movimiento efectivamente prohibido en la India pero apoyado por los separatistas sikh.
El gobierno indio, amenazado por las actividades de Nijjar, alegó que era líder de un grupo militante pro-Jalistan y la Interpol emitió notificaciones rojas en su contra en dos ocasiones distintas.
India y el movimiento Khalistan
El movimiento de Calistan es un movimiento separatista que busca crear un estado sikh independiente surgido del estado indio de Punjab. Tiene sus raíces en la partición de India y Pakistán en 1947 y ha dado lugar a varias insurgencias en las décadas de 1970 y 1980.
India ha denunciado durante mucho tiempo que el movimiento representa una amenaza para la seguridad. Las acciones de la ex Primera Ministra Indira Gandhi, quien coordinó un acto de violencia en un templo sij, la llevaron a asesinato por sus guardaespaldas sij.
Aunque el movimiento Khalistan tiene poco apoyo dentro de la India, se ve frenado por las comunidades de la diáspora sij en países como Canadá y el Reino Unido. El conflicto entre Canadá y la India se ve exacerbado por las preocupaciones de la India de que el primero ha glorificado el asesinato de Gandhi a través de una carroza durante un desfile.
El gobierno indio lleva mucho tiempo expresando su preocupación por el "extremismo", como el acoso a los diplomáticos indios en Ottowa. Durante la cumbre del G20, Modi supuestamente apartó a Trudeau para criticar su manejo de las protestas sij, especialmente después del asesinato de Nijjar.